Tu beso me dejó callada. Todo pasó tan de repente. Y aunque era alérgica, al amor tú fuiste diferente"
-Vuelves, Sweet California feat. CD9
Los domingos en casa de mamá eran siempre relajados. Ella solía levantarse a trabajar desde casa y yo solía levantarme más tarde para ver la tele o salir con Anne. Cuando vivíamos todos juntos antes del divorcio, mis hermanos y yo solíamos salir a pasar el día juntos.
Ahora, en casa de papá, lo primero que aprendí fue que los domingos estaban lejos de ser un día dedicado al descanso.
Entre papá entrando y saliendo a toda prisa de las habitaciones por tener que ir a reuniones sorpresa, Ethan en la calle revisando el coche, Jack haciendo ruido en la cocina dejando la comida hecha para más tarde porque iba a salir con Kenna y James cantando con la música en su habitación a tope, ambas cosas, no había quien descansara.
—¡Havana, oh nana! —me tapé los oídos ante tal chillido de nuevo. Llevaba rato con las manos en las orejas y no hacía más que apretarlas cada vez que James abría la boca—. ¡Half of my heart is in Havana, oh na na!
James tenía un gusto musical exquisito. No podía quejarme de las elecciones de canciones que estaba teniendo. El único problema es que su habitación estaba al lado de la mía y, para no molestar a nadie, se había puesto los cascos. Era un detalle que agradecería si no fuese porque por culpa de tener la música retumbando a sus oídos, seguramente a tope, no estaba controlando los decibelios a los que cantaba.
—¡Ey!
—¡Cállate, maldita sea! —grité destapando mis oídos y dando golpes a la pared de mi habitación.
James siempre había sido así de intenso. Era algo que no había cambiado desde que cortamos relación, y me alegraba que siguiera siendo así y fuera tan natural. Pero no un maldito domingo a las nueve de la mañana. Yo solo quería leer en paz un rato.
Después de los golpes la voz de James cesó. Suspiré aliviada y volví a la cama abriendo de nuevo mi libro. Pero obviamente mi hermano no estaba por la labor de dejarme leer tranquila, porque lo siguiente que escuché fue One Direction retumbando desde su habitación.
Había puesto los altavoces. Y estaba a punto de matarlo.
—¡Lost my senses, I'm defenceless! —casi no escuchaba la voz de James con el semejante volumen al que estaba la música.
Papá entró en la habitación.
—¿Qué le pasa? —pregunté con tono de desesperación—. O, mejor dicho, ¿Qué les pasa? ¿Por qué no se callan? ¿Cuándo nacieron no te dieron un mando para ponerlos en pausa un rato?
Papá rio ante mis comentarios y me dio un beso en la frente diciendo que se iba a esa reunión de última hora para la que le habían llamado.
Cuando salió de la habitación, se chocó con Ethan, que entró en mi cuarto con la camiseta manchada de grasa y se sentó en la cama con una sonrisa para darme los buenos días. Yo le sonreí de vuelta mientras vi a papá ir en dirección a la habitación de James. Acto seguido, escuchamos unos golpes en la puerta.
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Son mis hermanos #MooreVerse1
Teen FictionPrimer libro de la saga MooreVerse y historia principal. ATENCIÓN: Esta historia se entrelaza de forma directa con otras historias de la saga, pero no es necesario seguir un orden concreto para leerlas. Los números de libro determinan el orden en el...