Primer libro de la saga MooreVerse y historia principal.
ATENCIÓN: Esta historia se entrelaza de forma directa con otras historias de la saga, pero no es necesario seguir un orden concreto para leerlas. Los números de libro determinan el orden en el...
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"And if you ever forget how much you really mean to me, everyday I will remind you"
-Count on me, Bruno Mars
Bajé del coche de Ethan con la mochila en un hombro. Nada más eso, los alumnos empezaban a cuchichear mientras nos iban dejando paso a los cuatro.
¿Lo odiaba porque lo creía innecesario? Sí. ¿Me sentía como una Madonna adolescente? También.
Tampoco entendía que, después de tantos meses, las miradas siguiesen cayendo sobre nosotros cuando poníamos un pie en el instituto los cuatro juntos. Ya se sabía la verdad. Se sabía que mi apellido era Moore. Los chicos me habían llamado hermana pequeña delante de todo el mundo varias veces.
Pero parecía no funcionar.
—¿Y bien? —preguntó James de forma insistente. Rodé los ojos sabiendo a lo que se refería. Llevaba diez días con el mismo tema y no aceptaba un no por respuesta, aunque era la única respuesta que iba a obtener— ¡Vamos! ¡Te juro que no se lo diré!
—Déjalo ya, por favor —suspiré acelerando el paso hacia mi taquilla—. No pienso decirte nada.
—¿Es una cena en Eleven Moon's? ¿Un viaje a la otra punta del mundo? ¿Un coche? ¿Un perro? —volví a suspirar, esta vez más pesadamente, rezando para captase la indirecta.
Indirecta que llevaba día siendo directa. Concretamente desde la cuarta vez que me lo preguntó el primer día.
—¿Se puede saber que os pasa? —preguntó Ethan viéndonos "discutir" de buena mañana.
—¡No me quiere decir lo que le va a regalar a Alex por su cumpleaños! —chilló James indignado— ¡No se fía de mí! ¡Y eso que soy su hermano!
—Precisamente por eso no se fía de ti —comentó Jack rodando los ojos.
—Tú cierra la boca —replicó James. Mis ojos cayeron sobre Ethan, que ya se sujetaba el puente de la nariz con los ojos cerrados—, nadie te ha llamado a la conversación.
Ethan y yo pensamos que mi vuelta a casa calmaría las aguas entre Jack y James de forma inmediata, pero la cosa todavía estaba tensa. Quizá ya no discutían tanto como antes, o eso aseguraba Ethan, pero seguían teniendo conversaciones cortantes, no hablaban cuando estaban los dos solos y se sentaban cada uno en una punta de la mesa o del sofá.
Quizá había que ponerse un poco más serios.
—Adelántate —le pedí a James. Abrió la boca para protestar, pero volví a pararle—. Vi a Anne entrar antes que nosotros, ves con ella —James volvió a mirar a Jack cabreado—. James.
Estaba intentando que entre los dos no ocurriese la tercera guerra mundial. Volví a mirar a James con suplica y al final acabó por ir hacia dentro en busca de Anne y, seguramente, de Alex y Cameron también.
