"Little darling, the smile's to the faces. Little darling, it like since it's been here"
-Here Comes The Sun, The Beatles
Que los lunes fueran un asco solo tenía de bueno que, al menos, se me pasaban rápido.
Bueno, pues este no fue el caso.
Después del descanso, y después del drama familiar en el despacho de la directora, el día se me pasó lento.
Al salir de clase cogí el autobús a casa y al entrar ni siquiera saludé a mi madre. Era mi modo de resistencia pacífica y muestra de indignación por la decisión que había tomado sin mí. Al menos podría haberme consultado algo o haberme dado algún aviso.
La comida ya estaba hecha, así que cogí mi plato y fui a mi habitación.
—Brooke, no seas infantil —escuché a mi madre decir, pero hice caso omiso. Entré en mi cuarto y cerré la puerta, aunque sin dar portazo. Eso sería demasiado dramatismo hasta para mí. Me senté en el escritorio a comer pensando en todo lo que se me venía encima.
Anne había flipado cuando le dije que Jack, James y Ethan eran mis hermanos. Me regañó un poco por haberlo ocultado y me dijo que estaba feo que hubiese esperado a que me pillara en público con ellos para que se lo contara, pero por lo demás estaba todo bien. Estaba incluso emocionada de que por fin iba a poder pisar la famosa casa Moore.
Abrí el portátil mientras comía y llamé por video llamada a Cameron.
Cameron había sido mi mejor amigo de toda la vida, y el día que le presenté a Anne, los tres empezamos a ir juntos a todas partes. Cam había pasado los dos primeros años de instituto estudiando en Irlanda por culpa del trabajo de su madre.
Algunos tienen suerte.
—Hey —saludó Cameron en cuanto contestó a la llamada—. Me has pillado haciendo la maleta. Espero que tengas ganas de verme.
—¡Mierda, la maleta! Debe de estar en la habitación de mamá... —dije susurrando. No pretendía que él lo escuchara, pero lo hizo.
—¿Para que necesitas una maleta? —me preguntó confuso.
—Cam, ha pasado algo horrible —dije poniendo mi cabeza entre mis manos. Cualquiera que me viera así pensaría que estaba exagerando—. Tengo que volver a casa. A mi casa casa. Con mis hermanos.
—¿Cómo? Pero eso es fantástico, Brooke —exclamó con una sonrisa.
—No, no es fantástico —suspiré—. Dos años siendo invisible para ellos, Cam. No quiero tener nada que ver con ellos. Se lo merecen por haber pasado de mi cara.
—Brooke, ¿no crees que toda esta situación ha llegado demasiado lejos? —rodé los ojos cuando dijo las mismas palabras que mi padre. Y que mi madre. Incluso Anne soltó esas palabras cuando le conté la historia durante el descanso—. Son tus hermanos. Siempre han sido las personas más importantes de tu vida. Sabes igual de bien que yo que en el fondo los sigues queriendo.
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Son mis hermanos #MooreVerse1
Novela JuvenilPrimer libro de la saga MooreVerse y historia principal. ATENCIÓN: Esta historia se entrelaza de forma directa con otras historias de la saga, pero no es necesario seguir un orden concreto para leerlas. Los números de libro determinan el orden en el...