Primer libro de la saga MooreVerse y historia principal.
ATENCIÓN: Esta historia se entrelaza de forma directa con otras historias de la saga, pero no es necesario seguir un orden concreto para leerlas. Los números de libro determinan el orden en el...
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"You gave me roses. And I left them there to die"
-Back to December, Taylor Swift
Caminé por los pasillos acompañando al chico nuevo, Kian, y dándole conversación y compañía. Me quedé parada delante de la clase que le tocaba, que coincidía con la mía. Nadie nos había avisado que iba a venir un chico nuevo a nuestra clase.
—Gracias —comentó Kian cuando me quedé parada delante de nuestra clase, que ya estaba abierta y podía ver a mi hermano guardándome un sitio a su lado—, sin ti habría acabado renunciando a buscar la clase.
—Tranquilo, es un placer —contesté con una sonrisa. Vi a mi hermano en su sitio alzando la mano para hacerse notar.
—Deduzco que voy a tu clase —asentí corroborando lo que acababa de decir Kian.
—Sí —volví a sonreír—, no es difícil de deducir.
—¡Brooke! —Anne llegó a mi lado de un salto, con Cameron junto a ella— ¿No está tu hermano?
—Está dentro ya —informé—. Chicos, este Kian. Ella es Anne y él es Cameron.
Incómoda, me toqué la parte de arriba del pantalón, la que me tocaba la cintura. Ya se me empezaba a quedar pequeño. Había hablado con Anne de ir de compras mañana para poder jubilar algunos pantalones y tener nuevos.
— Brooke, ¿estás bien? —preguntó Cam entre preocupado e interesado. Anne dirigió sus ojos a mi cintura.
—Me aprieta el pantalón —Anne tragó saliva después de eso y noté a Cameron girarse hacia James dentro de clase—. Estaré bien por la tarde, tranquilos —les dije con una sonrisa sincera.
—Lo estará, si —rodé los ojos ante esa voz. Ya estaba acostumbrada a las burradas que Keira, en este caso, soltaba por la boca. Siempre acompañada de Isabella.
—Cuando vaya de compras y coja su talla —Isabella no tardó en hacer acto de presencia después de su amiga. Me puse tensa ante esa frase y tragué saliva respirando profundamente por la nariz.
—Yo estoy en contra de la violencia —habló Cameron rodeándome con un brazo. Desde donde estaba pude ver de frente a James, que se levantaba de su silla—, pero con vosotras me cuesta mantenerlo.
—Cállate Zack —dijeron las dos a la vez.
—¡Cam! —las corregí alzando la voz.
—¿Qué está pasando? —James llegó a nosotros y echó un ojo a todos los presentes. Isabella puso los brazos en jarra y Keira apoyó una de sus manos en la cadera. Mis manos seguían apoyadas en la cintura de mi pantalón— ¿Estás bien?
La preocupación en los ojos de mi hermano me ayudó a tener un poquito de fortaleza y fui capaz de sonreír a la vez que asentía con la cabeza. No quería hablar antes de que se fuera el nudo de la garganta.
