11 | Abrazo Moore

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"Lean on me, when you're not strong

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"Lean on me, when you're not strong. And I'll be your friend, I'll help you carry on

-Lean on Me, Bill Withers

—Estamos en casa, papá —anunció James al entrar por la puerta—. Aunque no venimos solos...

—¿Algo que decir, Moore tres? —Anne rodó los ojos ofendida entrando en casa. Yo reí viendo como ambos se llevaban más o menos como el perro y el gato.

—¿Podéis dejar de discutir? —preguntó Cameron de forma retórica tocando una de sus sienes—. Vais a hacer que me explote la cabeza.

—¡No! —respondieron ambos a la vez alzando la voz. Ethan y yo intercambiamos una mirada mientras nos reíamos.

—Bien, ya habéis vuelto —papá apareció por el pasillo con el teléfono en la mano—. Justo a tiempo. Es para ti.

Papá me puso el teléfono al alcance encima de la mesa y lo miré confundida. Él esbozó una sonrisa y alzó unas de sus cejas. La bombilla que me imaginé que podría salirme encima de la cabeza se iluminó y con ella mi cara.

Mamá.

Solté la mochila con una sonrisa y corrí hacia el teléfono de la sala que papá había dejado encima de la mesa. Había echado tanto de menos hablar con mi madre que hasta me parecía un privilegio. Habíamos intercambiado mensajes, pero por culpa de su trabajo no había podido llamarme de viva voz, ni yo a ella.

—¿Mamá?

—¡Hola tesoro! —sonreí de nuevo al escuchar su voz— ¡Dios mío! Te echo de menos, pequeña. ¿Cómo estás?

—Sobreviviendo —la escuché reír y Jack pasó por detrás de mí dándome un golpe en el hombro—. Bueno, en realidad tampoco esta tan mal. Me lo estoy pasando bien.

—Eso está bien, cielo. No sabes lo que me alegra que todo vaya bien —podía notar que estaba feliz y aliviada de que las cosas en casa estuvieran yendo bien—. Harry me dijo que fue a visitarte y que fuisteis a cenar. ¿Cómo está?

—Está bien, mamá. Obviamente te echa de menos, pero lo está llevando perfectamente —contesté para calmarla—. No tiene depresión ni nada por el estilo.

—¡Todos te echamos de menos, mamá! —chilló James asegurándose de que mamá le oyera y de casi destrozarme un tímpano. Oí a mamá reírse de nuevo.

—Pero cuéntame cómo estás tú, mama. ¿Qué tal ese trabajo?

—Es muy agobiante —me la imaginé acariciándose la frente—. Adaptarse a los horarios de aquí y a la diferencia horaria es horrible. Pero prometo que te llamaré cada día en cuanto esté acostumbrada. A los cuatro os llamaré.

—¿Sabes si podrás escaparte aquí unos días? —pregunté. Su primera respuesta fue un suspiro.

—Cariño... —ahora suspiré yo. Siempre empezaba así cuando iba a decirme algo que no me iba a gustar—. Sabes que estaré allí en cuánto pueda, pero...

Son mis hermanos #MooreVerse1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora