DESEOS A LA LUNA.-Zabdiel

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    ESPECIAL NAVIDEÑO🎄🎉  1/5

—¿Por qué se supone que yo tengo que ir si es un evento importante de mi padre?—pregunto por tercera vez mientras me acomodo la corbata.

—Porque se supone que es un evento de familia—me recuerda mamá—Además, tu padre no te lo perdonaría jamás si a última hora le cancelas—añade mirándome a través del espejo.

—¡A mí ni siquiera me interesan sus negocios!—respondo encogiéndome de hombros.

—¡Hagámoslo por el! ¿Sí?—suelto un suspiro y finalmente asiento.

—Mamá, de verdad que yo los adoro. Pero... no quiero ir. Quiero quedarme aquí—expreso sentándome en el filo de la cama.

—¿Para seguir regodeándote en tu propia decadencia por la partida de Emily?—me pregunta cruzándose de brazos.—Mi amor, tienes que superarlo. Eso pasó hace cuatro años, Zabdiel. Es hora de que salgas y conozcas a alguien más, de que sigas viviendo y te enamores nuevamente—suspira realmente cansada.

Y puedo comprenderla, o por lo menos eso creo.—Por favor....

—No. Ya quedaste con tu padre, Zabdiel.

Suelto un suspiro exagerado y me pongo de pie tan pronto como mi padre abre la puerta de mi habitación, me mira un poco y luego me ofrece una pequeña sonrisa. Sé que ellos quieren lo mejor para mí, pero ¿en serio no se dan cuenta que todo lo que quiero es dormir temprano y listo? Llevo mi mirada hasta la fotografía que descansa encima de mi mesa de noche, esa donde Emily sonríe a la cámara totalmente feliz, suelto otro suspiro al tiempo que la mano de mi madre se posa en mi mejilla

—¿Están listos?—cuestiona papá ofreciéndome una pequeña sonrisa.

—Si

¡No!

Quiero gritar y decirles que no pienso mover un solo pie fuera de mi habitación, pero sé que sería la peor grosería que podría hacerles, así que me limito a seguirlo en silencio, prometiéndole a Emily que tan pronto como vuelva charlaremos igual que todas las noches. Me encamino a paso apresurado al auto y luego monótonamente entro en la parte trasera donde rápidamente y gracias a Dios quedo en el olvido cuando mis padres comienzan a charlar de trivialidades.

Observo detenidamente el sendero flanqueado por enormes árboles que conducen a la ciudad, y la recuerdo a ella. Su sonrisa hermosa, su cabello sedoso, la suavidad de su piel, sus ojos marrones brillantes y juguetones y esa perfecta figura. Mi corazón se estremece con el recuerdo y siento mis ojos comenzar a picar por las lágrimas que sé que estoy a punto de derramar. Pensar en Emily siempre me vuelve sentimental.

Todavía puedo recordar esa tarde de Abril, el mejor día de nuestras vidas. Éramos unos niños, pensándolo bien; que no sabían nada acerca del amor y de lo que el matrimonio conlleva pero de todas maneras estábamos ahí, con dieciocho años. La recuerdo a ella apoyando su espalda en mi pecho mientras mis brazos envolvían su pequeña cintura, me recuerdo a mí, aspirando el aroma a flores que desprendía su cabello, y nos recuerdo a nosotros disfrutando de esa tarde maravillosa en aquel enorme prado.

Con todos los nervios del mundo le pedí que fuera mi esposa, con muchas lágrimas en los ojos ella me dijo que sí.

Emily tenía problemas con su corazón, sino encontraba un donante rápidamente, su vida iba a terminar. ¿Quién se muere de alegría? Ella lo hizo. Y yo todavía podía sentir aquel dolor desgarrador que había sentido en el momento en el que supe que ella no volvería jamás. Aquella había sido la última vez que la vi, la recordaba totalmente feliz.

—¿¡Zabdiel!?—cuestiona la amable voz de mi madre. Aparto la mirada de la ventanilla con un nudo en la garganta y es entonces que me doy cuenta que estuve tan perdido en mis pensamientos que no me percate que hemos llegado.

ONE SHOTS|CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora