LENTES.-Erick Brian.

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OS TO: BrianaUrbina
¡Que te guste muchoooo, Brianaa!

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Erick Brian Colón realmente odiaba la universidad.

Odiaba la universidad y todo lo que tenía que ver con ella. Odiaba tener que levantarse temprano, odiaba tener que pasar ocho largas horas en ese lugar donde no se sentía cómodo y odiaba a sus compañeros.

Bien, no es que los odiase a todos; sólo a los populares y a todo lo que tuviese que ver con ellos. Casi a todos. Porque definitivamente no odiaba a Briana aun sabiendo que ella era la novia de Zabdiel –el capitán del equipo de fútbol americano y el sujeto con el cual la mayoría de la población femenina quería estar- y que por consecuencia nunca en la vida se iba a fijar en él. ¿Y es que quién en su sano juicio querría estar con alguien como él?

Pero lo que más odiaba en la vida eran las burlas y los malos comentarios que recibía por parte de ellos. Realmente no veía la hora de largarse de una vez y no volver jamás.

Su vida universitaria era tediosa y horrible.

—¿Qué te pasa, eh?—cuestionó Joel apartando los ojos del libro que tenía entre las manos.

Erick se sacó las gafas y se frotó los ojos con ambas manos antes de lanzarle una mirada cansada.—Me duele la cabeza y ya me quiero ir de este maldito infierno—respondió y Joel sonrió un poco.

—¿Día limpio?—preguntó el castaño en voz baja y Erick negó.

—Lentes, siempre es lentes...—susurró en medio de un largo suspiro.

—Vas a ver que en menos de lo que piensas todo esto habrá terminado...—le aseguró su mejor amigo.

—La única manera en la que terminará será cuando finalmente me haya largado de este maldito infierno...de verdad que cada mañana me decepciono de mí mismo por haber amanecido con vida—explicó y Joel negó.

—Que dramático eres, Er—se burló.—Pero vamos, en algún momento ellos van a cansarse...

—Amos sabemos que eso jamás pasará.—demandó Erick al tiempo que la puerta del aula se abría de golpe.

La primera persona que entró fue Zabdiel de la mano de Briana seguido de todos y cada uno de los integrantes de su sequito de chicos tontos. La castaña llevó sus ojos hasta Erick un breve momento. Él levantó la mirada y cuando se dio cuenta de la mirada de la chica apartó sus ojos de manera rápida rogándole a Dios que ella no se hubiese dado cuenta que él la estuviera viendo.

Si algo había aprendido el año anterior era a que nunca jamás en la vida podía mirarla en presencia de Zabdiel. El tabique desviado que Zabdiel le había dejado a causa de un puñetazo era la viva prueba de ello.

Se acomodó las gafas de nueva cuenta y se concentró en las pastas del libro de Joel mientras esperaba que nadie de los recién llegados se diese cuenta de su presencia. Eso era lo que menos necesitaba en ese momento.

—Pero mira a quien tenemos aquí...es Lentes y su mejor nerd amigo—se burló el boricua lanzándole una sonrisa de suficiencia.

—¿Por qué no te vas de aquí y nos dejas en paz?—musitó Joel entronando los ojos.

—Mira Pimentel...no te metas en esto. Este asunto es entre Lentes y yo...—declaro el chico.

—Basta, Zabdiel...—demandó Briana alzando la voz por primera vez. Los ojos de su novio se posaron en ella.—Son unos cobardes. No ves que ya de por si están muriendo de miedo ¿Por qué los tienes que seguir torturando? Déjalos en paz, con el miedo que te tienen es más que suficiente...—explicó la castaña y eso fue suficiente para que el corazón de Erick dejara de latir una fracción de segundo.

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