Desde que llegaste tú.《Zabdiel》

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OS to: mariana-rios2003

EHHH, MARI-ANA! Ah! jaja okaynoo. Que lo disfrutes ;)).
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Mariana abrió los ojos lentamente encontrándose de frente con Zabdiel que dormía plácidamente como todo un bebé.

Rio en voz baja y acarició la frente del muchacho. Era completamente increíble que después de todo ellos finalmente estuvieran juntos. Era capaz de recordar la primera vez que lo había visto caminar en dirección a ella para pedirle una disculpa por el primer encuentro desastroso que habían tenido, tan retraído y despistado que realmente le parecía una completa locura que fuese él mismo quién estuviese medio desnudo completamente dormido a su lado luego de su primera noche como marido y mujer.

Como esposos.

Zabdiel se removió un poco y le ofreció media sonrisa que ella de inmediato correspondió. —Buenos días, dormilón—saludó la chica pasando su dedo índice sobre uno de los hoyuelos en las mejillas del muchacho que tanto amaba.

—¿Hace mucho que despertaste?—cuestionó en voz baja y ella negó.

—No. De hecho acabo de hacerlo pero siempre me ha gustado observarte mientras duermes...esa debería ser la octava maravilla del mundo—comentó ofreciéndole una pequeña sonría. Zabdiel rio.

—¿Sabes cuál es verdaderamente la octava maravilla del mundo?—preguntó en un murmullo y ella negó de inmediato.—Despertar a tu lado cada mañana, esa debería ser la octava maravilla...—Mariana se sonrojó y se acurrucó más a su lado.—¿Qué pasa...?

—Es que de verdad no me puedo terminar de creer que te hayas casado conmigo...—hilvanó con media sonrisa apartándose del cuerpo de su marido para mirarlo a los ojos.

Zabdiel soltó un largo suspiro y acarició su mejilla con lentitud.—Pues créetelo porque estoy completamente dispuesto a cumplir con la promesa que hice frente al altar, esa de pasar el resto de mi vida a tu lado hasta que la muerte nos separe... ¿suena muy tentador, no?—Mariana rio.

—Demasiado tentador. Pero me gusta, amo mi vida desde que llegaste tú...—inquirió la chica sonriéndole ampliamente.—Te amo...—agregó mirándolo a los ojos.

Zabdiel la amaba con todas sus fuerzas. La había amado prácticamente desde el primer momento en el que ella se cruzó en su camino aunque Mariana ni siquiera lo notara. En realidad había estado tan molesta que ni siquiera le presto demasiada atención pues estaba más concentrada en el dolor que sentía que en lo lindo que era él.

—También te amo, mi amor...—susurró él ofreciéndole esa sonrisa acompañada de hoyuelos que Mariana tanto amaba.—¿Recuerdas cómo comenzó nuestra historia de amor?—musitó en voz baja.

—Como el primer día...

...

—Haber, Zabdiel...esta es tercera vez que te lo explico y tú sigues sin entenderlo...se supone que para la bendita clase de historia tienes que hacer el bendito cuadro con los tres benditos datos históricos sobre las tres benditas ciudades que te pide el bendito libro...—explicó Malcom completamente frustrado—En lugar de estar pateando el maldito balón deberías estar poniéndome atención—se quejó entornando los ojos.

—Ya entendí, el cuadro del bendito libro de biología—respondió él.

—¡Que no!—le gritó de mala gana—¡De historia, Zabdiel! ¡Es el libro de historia! —le reprochó.

—Ah, cierto. De historia—murmuró pateando con fuerza el balón.

—Zabdiel, si sigues jugando con el maldito balón vas a lastimar a al...guien...—soltó un gemido cuando el balón de fútbol con el que Zabdiel estaba jugando dio de lleno en la cabeza de una chica de cabello rizado.

ONE SHOTS|CNCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora