Richard Camacho no podía apartar la mirada de la muchacha que caminaba cabizbaja por la acera con los auriculares puestos pareciendo totalmente derrotada. El corazón del muchacho se hizo un puño dentro de su pecho y negó un poco tratando de comprender e idear una buena manera para poder acercarse a ella.
Había pasado ya tanto tiempo observándola que prácticamente se convirtió en su sombra ¿y cómo no? ¡Sí desde el primer momento en que esa chica se había tropezado con él en la universidad no había salido ni un solo momento de su cabeza! Su corazón latía tan de prisa cada vez que pensaba en ella, su piel se erizaba y sentía una sensación extraña. Nunca había hablado con ella porque en el fondo tenía miedo de que ella lo rechazara. Parecía tan ajena a todo el mundo que le daba nerviosa si quiera imaginarlo.
—Su nombre es Adina—le espetó Zabdiel haciéndolo estremecer. Richard se giró de inmediato lanzándole una mirada curiosa.
—¿Qué?
—Ella. Se llama Adina—repitió.
—¿Cómo sabes eso?—Cuestionó y un momento después se arrepintió—Es decir, no la estaba mirando a ella...sólo...estaba viendo a la nada—explicó y el muchacho se los rulos se echó a reír.
—No hace falta que me digas nada ¿sabes? Es bastante obvio que Adina te encanta y la verdad es que no entiendo porque estás tratando de ocultarlo—Richard lo miró un momento—no creo que tenga nada de malo...
—Es que no lo entiendes, Zabdiel—musitó el muchacho frunciendo el ceño.
—Claro que lo entiendo, Richard. Estás que te mueres por Adina ¿Qué otra cosa quieres que entienda?—cuestionó el muchacho cruzándose de brazos para mirarlo fijamente.
—Adina...—susurró el rubio y Zabdiel rio divertido.
—Trabaja en la cafetería de la esquina—añadió en medio de un suspiro.
—¿Qué?
—Sí. Su padre murió hace dos años, su madre se sumió en el alcohol y justo ahora está internada en una clínica de rehabilitación desde hace dos meses y medio...Adina se encarga de Irina desde entonces—explicó y Richard parpadeó un par de veces.
—¿Cómo es que sabes todo eso?—cuestionó mirándolo fijamente.
—Adina es la niñera de mi hermana cuándo mis padres tienen que salir...—musitó lentamente y el corazón del moreno cubierto de tatuajes volvió a latir tan de prisa que por un momento pensó que iba a salirse de su pecho.
—¿Qué? ¿Y hasta este momento se te ocurre decirme eso, Zabdiel?—inquirió ofendido.—¿Sabes cuánto tiempo he estado entre las sombras admirándola para que me vengas a decir que tú la tienes en tu casa algunas veces?—añadió con el ceño fruncido.
—¿Y yo como demonios iba a saber que a ti te gustaba Adina?—se mofó mirándolo con una mueca de diversión en el rostro.—Escucha, mis padres esta noche tienen una cena de negocios a la cual mi hermana no va a ir así que creo que te imaginas quién se quedará para cuidarla, yo iba a ir a una fiesta con Ivy pero prefiero quedarme, apareces repentinamente de visita y ese va a ser el momento perfecto para que te puedas acercar a ella...es una chica muy sencilla y divertida una vez que te toma confianza—explicó sonriéndole ampliamente.
—¡Esa es la mejor idea que has tenido en años, de verdad!—masculló emocionado.—Te veré esta noche entonces—agregó antes de marcharse.
—¡Te veo a las nueve, Richard!—le gritó Zabdiel y el rubio asintió sin detenerse.
(...)
El corazón de Richard no podía dejar de latir descontroladamente mientras esperaba a que la hora en la que Zabdiel le había dicho llegara. Se sentía tan nervioso que por un momento creyó que todo eso no era real. Que no era más que un sueño, uno de esos sueños lindos donde todo es color de rosa, donde todo sale bien. Donde eres feliz a pesar de cualquier tipo de obstáculo que se pudiese presentar. De esos sueños de película.
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ONE SHOTS|CNCO
FanfictionCNCOwner; aquí encontrarás una colección completa de imaginas/One shots sobre Richard, Zabdiel, Joel, Erick y Christopher. Todos estamos hechos de pequeños fragmentos de libros que hemos leído en algún lado.