Una semana después...
– ¿Que pasa? - conteste la llamada
– Tengo tu primer trabajo hija, te espero en la casa de tu padrino para explicarte todo lo que tienes que hacer, Luis te traerá.
– De acuerdo. Allá te veo, adiós.
Colgué la llamada, me pare de la cama y me metí a la ducha. Salí y me puse mi ropa interior, me maquille y luego me vestí (multimedia). Tomé un bolso algo grande, guardé una muda de ropa y mis pertenencias, llaves, dinero, cargador, labial y mi arma. Baje a la cocina y estaba Sebastián cenando. Se podría decir que las cosas van mejorando entre nosotros, aún no duerme conmigo pero si seguimos así pronto lo hará.
Saque del refrigerador jugo de uva y Verti un poco en mi bote, saque el vodka y también le eche un poco, la combinación perfecta.
– A dónde vas?
– Saldré de la ciudad unos días.
– Que? Porque?
– Tranquilo, serán solo unos días. Además tendrás más tiempo para convivir con mis hermanos - metí mi bote a la bolsa
– Eso es lo que no quiero, convivir con ellos.
Se paró y se acercó a mí, trate de hacerme a un lado pero me acorraló en el refrigerador.
– Necesito besarte - susurro cerca de mis labios
«Yo también»
– Ya hablamos de esto... - mi respiración comenzaba a agitarse por la corta distancia que teníamos
– _____ sé que lo necesitas tanto como yo...
«Idiota, te amo»
– Lees mi mente.
No pude resistirme y lo bese, coloque mis manos en sus mejillas juntándolo más a mi pero él puso sus brazos contra el congelador y se pegó aún más. Tengo que admitirlo, Sebastián me trae bien pendeja.
– ¿Cuanto tiempo más necesitabas para hacer esto? - dijo una vez que se separó, reí y mire sus ojos.
– Señorita Herrera, es hora de irnos. - una voz masculina nos interrumpió y Sebastián se hizo a un lado dejándome ver a Luis, el chófer.
– Claro, ya voy. - camino a la puerta principal y mire nuevamente a Sebas - Hasta luego - le di un casto beso
– Te voy a extrañar hermosa. - camine a la puerta de la cocina
– Y yo a ti Urdiales. - salí de casa y me subí a la camioneta.
•••
Llegamos como a las 12 de la noche a casa de mi padrino, mi tío me recibió y me llevo hasta donde el otro, tiene como 6 años que no lo veo.
– ¿_____ eres tú?
– Hola padrino.
– No lo puedo creer, estás enorme niña, cuánto tienes 18? - reí ante su mal chiste
– No, tengo 15.
– Tienes el cuerpo de toda una mujer.
Dijo mirándome de pies a cabeza, ya empezamos con la pedofilia.
– Pasa hija, siéntate. - dijo mi tío y me senté en enfrente del escritorio de mi padrino - A lo que vinimos Oscar, no quiero hacer esperar a _____.
– ¿Estás seguro que va a poder? Está muy chica.
– Claro que podrá, yo estaré acesorandola en todo lo que haga.
– Bien como tú digas. - saco de los cajones unos papeles y me los puso enfrente - Comenzaremos con lo esencial, el contrato. Escucha te daré toda esta noche para que lo leas cuidadosamente y mañana me des una respuesta.
– Para que un contrato? - dijo mi tío
– Es importante que lo leas con ella. - dijo parándose de su silla y mirando su reloj - Que pasen buena noche, mi asistente personal los llevará a sus habitaciones, mañana a primera hora en el campo.
Dijo y salió de su despacho.
•••
Acabe de leer aquel contrato y les aseguro que no puedo firmarlo, simplemente no puedo.
– _____, ¿Ya tomaste una decisión? - pregunto mi tío desde su cama
– No puedo hacer esto. - dije dejándolo sobre la cama
– Ya habíamos hablado de es...
– ¡No! - grite y me miro molesto - No pienso vivir sola y en un país que no conozco, no quiero alejarme de ti ni de mis hermanos, y mucho menos pienso dejar a Sebastián.
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Totalmente Diferentes (Sebastian Urdiales) [EN EDICIÓN]
FanfictionT/n y Sebastian llevaban vidas de polos opuestos. Ella está acostumbrada al caos y él trata de evitarlo a toda costa. Una situación poco amigable los une y tienen que aprender a tratarse por más mal que se caigan. (CONTIENE FALTAS ORTOGRÁFICAS)