46//Gatita

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Karen llevaba llorando casi 2 horas, no se callaba y comenzaba a molestarme, además de que estaba empezando a dejar empapada la manga de mi suéter. Moví el brazo bruscamente haciendo que se callara y me mirara asustada.

—¿No preguntarás que me pasó? - dijo secando sus lágrimas

—No me interesa saber que te paso.

—¿¡Porque eres tan dura!? - pregunto gritándome

—¡Porque así soy yo! Y si no te gusta, ni modo... Te aguantas.

—Ya veo porque no le gustas a Sebastián.

¿En qué momento entro él en esto?

—¿Qué dijiste?

—Eres una chica muy linda pero si no tuvieras ese mal carácter Sebastián ya se hubiera fijado en ti.

—Gracias por tu opinión, me vale mierda.

Entraron al cuarto y las dos nos callamos pero no nos dejamos de ver una a otra.

—¿Quien comenzó está pelea he? Sus gritos se oyen hasta el pasillo. - dijo un tipo en la puerta

—Ella. - dijo la estúpida rubia apuntandome, hija de puta.

—Eso no es cierto. - proteste y el tipo se me acercó

—Tendras tu castigo gatita. - me tomo del brazo y lo apreto

—¡No fue ella! ¡Fue Karen! - dijo Sebas

—Me importa un comino quien haya sido, ya me comí a una, me falta la otra. - dijo con una sonrisa morbosa

Salimos de la habitación y me llevo hasta el cuarto de mantenimiento, me empujó contra mesa donde estaban los detergentes. Vi un gran bote de cloro y comencé a acercar la mano hasta que el idiota este la tomo.

—Es mejor que no intentes nada gatita, o si no te irá peor. - susurro en mi oído, paso una navaja por mi pierna haciendo presión en ella y comenzó a sangrar un poco.

Bajó mis pantalones junto con mis bragas a la fuerza y apoyo mis brazos sobre la mesa, entro en mi con brusquedad y solté un quejido, siguió embistiendome con fuerza. El gemía de placer y yo no decía nada, aparte de que me dolía, estaba en Shock, me estaba violando.

•••

Sebastián Urdiales ⚡

—¿Porque lo hiciste?

—¿Que cosa? - dijo con una sonrisa

—Culparla. - la mire serio

—Porque la odio. - se puso roja de la cara

—Apenas la conociste hoy y ya la odias? Qué clase de persona eres.

—Ya la conocía de hace tiempo. Mi madre fue sirvienta de su tío cuando estaba viva, recuerdo que siempre iba a hablarle pero me ignoraba, trataba de jugar con ella pero siempre me rechazaba. Y no, no la odio por eso, si no porque su tio mato a mi madre una noche, simplemente le disparo y ella lo vio todo, no hizo nada por detenerlo. Su tío me llevo y abandonó en un orfanato, por suerte unos días después me adoptaron, pero nunca pude ni voy a olvidar la imagen de ella parada viendo todo. Nunca.

—Que edad tenían.

—Yo tenía 7 y ella 6.

Abrí la boca para hablar pero la puerta se abrió y entro _____ sería e intacta, no tenía ningún rasguño. Se sentó en la esquina de la habitación y abrazo sus piernas, el idiota que la dejo se fue sonriendo de oreja a oreja. Qué le habrá echo...

—¿_____? - le hablé pero no respondió

Tenía la mirada perdida, era como si ella no estuviera aquí. Pase la mano sobre sus ojos pero no reaccionaba, estaba ida, se veía en Shock.

Totalmente Diferentes (Sebastian Urdiales) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora