104//¿Porqué te despides?

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Bajé por las escaleras al percatarme que el ascensor no funcionaba, cuando llegue a la recepción habían varias patrullas apuntándo en mi dirección, bajaron sus armas cuando me vieron y murmuraron entre ellos.

Busque desesperadamente a _____ y Santiago hasta que ví que un paramédico lo estaba revisando por lo que me acerqué rápidamente.

—Hola campeón! - lo saludé disimulando el miedo en mi rostro. - ¿Él está bien?

—En perfecto estado, si no hubiese sido por su esposa..... El niño no la cuenta. - dijo en un tono bajo.

—¿En dónde está, ella está bien? - dije con la voz alterada

—La bala rozo su torso del lado izquierdo, la están curando por allá. - señaló dónde habían más personas.

—Ahora vuelvo pequeño. - dije a mi hijo y corrí donde ella.

Estaba sentada en una camilla con su camisa desabotonada y alzada dejándome ver la sangre que corría cerca de su panza. Pase entre los guardias y cuando la ví más de cerca tenía golpes en la cara, en que momento....

—_____ estás bien? - pregunte tomando con cuidado su rostro en mis manos

—Me siento como me veo cariño. - dijo con la voz entrecortada y puso su mano sobre la mía mientras la sobaba.

—Quien te hizo esto. - dije pasando delicadamente mis dedos por los golpes.

—Cuando salí corriendo del despacho un sujeto apareció de la nada, supuse que venía con tu padre. Traté de huir pero me tomo del cabello y baje a Santi, le dije que corriera y obedientemente lo hizo, una pelea por mi vida comenzó y claramente por ser hombre era más fuerte que yo. Cuando ambos estábamos débiles el salió corriendo y yo bajé rápidamente a la recepción dónde Aurora tenía en brazos a Santiago quien lloraba descontroladamente.

Una lágrima recorrió su mejilla y me confundí aún más.

—Sebastián, el hombre no venía por parte de tu padre, asesinó a Pablo y ahora me quieren a mi.

Rompió en llanto y la abracé, entonces mi padre tenía razón... Ya pusieron precio a su cabeza y no tardarán en conseguir lo que quieren.

•••

Un par de horas después llegamos a casa y _____ bajo con Santiago en brazos, una vez que estábamos adentro aseguré todas las puertas y dejé mis cosas en la mesa de la cocina. Ella había dejado dormido a Santiago en la sala, la notaba con paranoia desde que salimos del edificio y bueno, la entiendo.

—Sebastián, tenemos que irnos.

—A donde sea que vayamos te encontrarán _____, te tienen bien ubicada.

—Sabes que soy buena escondiendome, podemos cambiar de identidad y huir del...

Comenzó a hablar con desesperación y rápidamente mientras se movía de un lado a otro, está enloqueciendo.

—¡_____! - la tomé por los hombros y me miró con los ojos llorosos.

—Santiago y tú son lo mejor que la vida me pudo dar, no los quiero perder. - dijo en un hilo de voz.

—Nadie perderá a nadie, saldremos de esto.

—¿¡Y cómo!? Sebastián no hay forma

Se soltó de mi agarré y siguió dando vueltas en circulos mientras mordía sus uñas. Se detuvo de golpe y me miró, podía notar en miedo en sus ojos.

—O tal vez si...

—¿A qué te refieres? - trago fuerte y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Vayanse... - abrí los ojos y negué - Escucha si me encuentran sola, que lo dudo, es mejor que me asesinen solo a mi. - seguí negado y se acercó a tomarme de las mejillas. - Por favor Sebastián.... Es nuestra única opción.

—Necesitas descansar, fue un día muy ajetreado. Mañana hablaremos de esto con más calma.

—Sebastián...

—_____, ve a dormir.

Me miró un par de segundos y luego se acercó a darme un beso, lo sentí diferente a como los que comúnmente me da.

—Siempre ten presente que te amo con todas mis fuerzas cariño. - susurro sobre mis labios y la abracé pegando su cuerpo al mío.

—¿Porque te despides _____? - dije en su oído conteniendo mis lágrimas.

Se quedó un momento en silencio y oí un sollozo de su parte.

—No lo hago.

Se separó de mi y me miró con una sonrisa triste, sus ojos recorrieron cada parte de mi rostro mientras acariciaba mis mejillas y besó mi frente poniéndose de puntas.

—Buenas noches mi amor.

Susurro y camino hasta las escaleras, una vez que ya no la ví me recargue sobre la silla y mis lágrimas salieron sin control, necesito proteger a mi familia y no sé cómo.

•••

_______ Herrera

Eran alrededor de las tres y media de la mañana cuando Sebastián se encontraba profundamente dormido al igual que Santiago. Me paré de la cama con cuidado y en una mochila metí una muda de ropa, mi pasaporte, dinero, comida y un cuadro de los tres juntos.

Mire fijamente a Sebas dormido y quite un mechón de su cabello que tapaba su frente, le di un beso con cuidado y salí dirigiendome al cuarto de Santiago. Se parecía aún más a su padre dormido, bese su frente y unas lágrimas se escaparon de mis ojos.

—Quiero que cuando crezcas seas mejor que yo, se mejor que toda esta mierda de vida que llevamos papá y mamá. - solté un pequeño sollozo y acaricié su cabello. - No lo veas como un abandono, te estoy protegiendo de las consecuencias que trajeron mis malos actos, sé un gran hombre Santiago, mami te ama desde dónde sea que este.

Salí de su habitación sigilosamente y cuando llegue a la sala una hoja estaba sobre la mesita de noche junto a un bolígrafo.

Al terminar de escribir suspiré pesadamente y dejé el bolígrafo sobre el papel, mire por última vez lo que en algún momento llame "hogar" y con miedo de lo que podía encontrarme afuera.... Me fui de casa.

Sebastián Urdiales

Abrí los ojos pesadamente y me hice a un lado para abrazar a _____, al no sentir su presencia me levanté de un salto y la busqué por toda la habitación.

—¿_____? _____ en dónde estás.

Entre a las habitaciones y no había absolutamente nadie.

—No es gracioso, sal de tu escondite. - dije tratando de calmarme.

Bajé con desesperación las escaleras y la busqué por la cocina, llegue a la sala y tome el teléfono que se encontraba en la mesita de centro, me percaté de que había una carta sobre está y la tomé rápidamente.

"Hola cariño, si estás leyendo esto es porque claramente no me encontraste, no me intentes llamar, ni a la policía, no estoy con nadie. Solo quería que supieras que me fui de casa, sé que la idea no te parece pero lo tuve que hacer por ti y Santiago, en cualquier momento alguien llegará a preguntar por mí y por eso necesito que salgan de ahí.
Necesito que estés tranquilo, yo estaré bien, me sé cuidar sola, si algo me llega a pasar serás el primero en enterarte, tenlo por seguro. Cuida bien de Santiago y cuando crezca y pregunté por su madre no le digas que lo abandoné, solo... Dile la verdad de mi, cuéntale de mis malas rachas y lo que tuve que pagar por qué ustedes dos siguiesen con vida. No le ocultes nada por favor... Quiero que sepa el tipo de madre que tuvo, estoy segura que no estará orgulloso pero al menos se que sabrá de verdad de mi.
Gracias por todo Sebastián, fuiste el primer y el único hombre en mi vida, gracias por haberme hecho tan feliz, gracias por darme a nuestro hijo pero sobre todo gracias por nunca dejarme cuando supiste mi cruda verdad.

Con amor, _____."

Totalmente Diferentes (Sebastian Urdiales) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora