Totalmente Diferentes (Sebastian Urdiales) [EN EDICIÓN]

55//Miradas

(Pongan la canción 😳)

– ¿Cómo estás? - se acercó a abrazarme pero me hice a un lado

– Supongo que bien... - mire unas fotografías de cuando era pequeña

– ¿Qué pasa _____?

Jessica y Sebastián salieron de la habitación dejándonos solos.

– Tu que crees que pasa - lo mire sería

– Es lo que quiero que me digas.

– De haber dejado que te mataran y nunca haber aceptado lo que propusieron por dejarte con vida, no estuviéramos aquí. No hubiera perdido 6 meses de mi vida.

– Hice lo que pude para mantenerte con vida. ¿Y así me lo agradeces?

– No te hubieras molestado, sería una cabeza menos en esta familia de mierda.

Apretó la mandíbula y saco dos llaves de su pantalón

– Tu nueva casa y carro. Espero que pronto te largues de esta mierda de familia.

Las puso en el tocador y salió de la habitación. Pues bueno, créeme que si antes tenía miedo de estar sola ahora con mucho gusto estoy dispuesta a irme.

•••

2 meses después...

Termine de empacar mis cosas en las cajas y ya metí unas cuantas a mi carro para llevarlo al aeropuerto.

– Hola. - dijo Sebas entrando a la casa de mi tío, aflojó su corbata y se sirvió del mezcal. Se veía molesto por su semblante, muy serio y algo rojo.

– Hola! - le puse cinta a la última caja - ¿Todo bien?

– No.... Hemos estado teniendo problemas en la empresa. Logran sacarme de mis casillas.

– Que mal...

– ¡Buenas! - ahora entro Arturo, mi tío - Solo venía a avisarte que los camiones de mudanza ya están afuera, ¿Quieres que pasen para comenzar a meter las cajas? - se dirigió a mi

Asentí y giro sobre sus talones para volver a salir.

- Creo que le debes un "Gracias" a tu tío por todo lo que está e hizo por ti. - dijo Sebas y lo mire con el ceño fruncido

- No le debo nada a él, al contrario, por su culpa estuve en el hospital y más encima me estoy yendo de la casa "De mis padres" - dije resaltando las tres últimas palabras

- ¡¡_____ no sabes cuánto hizo con tal de que siguieras respirando, movió casi cielo, mar y tierra para que te revisaran los mejores especialistas!! ¿Y dices que fue por su culpa? Qué malagradecida y poca madre tienes.

Y a este que, se le safó la canica, ¿En serio lo está defendiendo?  Me alzó la voz y le di una buena cachetada. Si algo que realmente me molesta es que los hombres quieran gritarle a una mujer

– Escúchame bien Sebastián. En primera, me vale mierda todo lo que haya hecho mi tío por salvarme la vida. En segunda, tengo mis razones para culparlo. En tercera y que espero se te quede muy claro, no me vuelvas a querer alzar el tono de voz que no soy ni tu hermana, ni tu novia y mucho menos tu esposa. En cuarta, no me vuelvas a llamar "Malagradecida" porque se perfectamente a quien agradecerle por lo que me da o tengo, y a quien no. Y en quinta, ni se te ocurra volver a meter a mi pinche madre en esto, no tiene la culpa de tus estúpidos comentarios.

Dije molesta y una guerra de miradas comenzó entre los dos. Podía sentir como mi sangre hervía lentamente al igual que mi rostro. Sus lindos ojos de color ahora eran oscuros por la rabia que corría en ellos por la bofetada que le di, se lo merece por quererse pasar de listo.

– Disculpe, todas las que están acá? - pregunto uno de los del camión

– Si. - dije firme y me voltee - También las de allá. - señale algunas otras - Quiero que lleguen lo más antes posible a Canadá, de acuerdo?

Asintieron y mi celular comenzó a sonar.

– Hola padrino, cómo está todo por allá. - saludé

– Hola _____, bien, todo bien gracias a Dios. Escucha dentro de una hora pasará Louisa por tu coche y llevarlo al avión, te vas con ella y le dices que te deje en el aeropuerto. Cuando llegues a Canadá contacta a Matt, mi hijo, para que te lleve a tu casa, de acuerdo?

– Seguro. Gracias y... Espero verte pronto de nuevo.

– No me lo agradezcas niña, adiós.

Colgué y giré sobre mis talones para volver mi vista a Sebastián quien no me la quito a mi en ningún momento.

– Espero que tengas listas tus cosas, pasarán a recogernos dentro de una hora. - dije en un suspiro y subí para arreglarme.

Olvide decirles que Sebastián se irá conmigo. Él tendrá su casa y yo la mía, pero estaremos cerca.