62//Extrañaba esto

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Luego de cenar y tener una linda charla, nos sentamos en el muelle mientras teníamos los pies dentro del agua.

– Y que piensas hacer ahora... - preguntó mientras jugaba con el agua

– No lo sé... Tal vez, irme un tiempo a Europa. - giré mi cabeza para verlo y admito que tiene un buen perfil - Ya sabes, explorar otras tierras, conocer nuevas personas y... Expandir mis negocios.

– ¿Crees que sea buena idea? En primera como piensas salir del país, todas las fuerzas policiales de el gobierno te tienen en la mira. Y segunda, ¿y si no funciona lo que tienes en mente? Cómo vas a regresar?

– Tranquilo Sebas, no soy la única a la que tienen en la mira, tampoco la única que se dedica a hacer cosas malas, el presidente sabe lo que ha hecho y yo también. Créeme, no le conviene meterse conmigo.

Sonrió falsamente y miro nuevamente al lago.

– Nunca imaginé oírte decir este tipo de cosas.

– Yo tampoco..., Pero aveces la vida da tantas vuelvas que raramente pasa lo que quieres.

– Si que sí...

En su tono de voz se oía desanimando y muy nervioso.

– Porque lo dices. - lo mire dudosa

– Ahh, yo... - sus mejillas se pusieron rojas y su voz ahora era temblorosa

– De acuerdo, no tienes que hacerlo. Será luego - tomé su hombro brindándole confianza junto con una pequeña sonrisa y luego mire mi reloj - Ya es tarde, tenemos que irnos.

Me levante y camine con cuidado por el muelle.

– Aún son las nueve, es temprano.

Me voltee y lo miré obvia.

– Para alguien como yo es peligroso estar a estas horas fuera de su casa.

Seguí caminando hasta que llegue al estacionamiento, luego de secarme y limpiarme bien los pies me dispuse a ponerme mis zapatos.

– ¿Vas a tu casa? - pregunté mientras amarraba mis agujetas

– Si...

– Sube, te llevo.

•••

– Que planeas hacer llegando a casa he?

– No lo sé, tal vez, adelantar el trabajo de la próxima semana.

– Aish, Sebastián es jueves, no chingues. - me detuve enfrente del semáforo

– Lo sé, pero no tengo nada más importante que hacer. - me miro - Que me recomiendas hacer...

La luz se puso en azul y avance para luego desviarme del camino. Pase al auto servicio de MacDonalds y Sebastián me miro sorprendido.

– _____ acabamos de cenar, ¿en serio sigues teniendo hambre?

– Si... Dos órdenes de hamburguesa con papas fritas por favor... - dije a la chica por la bocina pequeña de un costado

– Yo estoy lleno, no quiero gracias. - dijo Sebas riendo

– No era para ti - borró su sonrisa

Luego de esperar como diez minutos por fin me dieron mis órdenes y me dirigí a casa con Sebastián. Bajamos del auto y entramos. Dejé mi abrigo sobre el perchero y Sebas se tiro en el sofá.

– Tiene casi dos semanas que no vengo aquí, olvidaba lo suave que era este sofá. - dijo con la cara aplastada en aquel.

– Bien sabes que está también es tu casa, cuando quieras puedes venir. - entre a la cocina y deje la comida sobre la barra - ¿Te quieres quedar a dormir? Podemos ver películas, jugar monopoli, billar o.... Poker.

– Claro, pero descarta el poker de la lista. Siempre me ganas - dijo entrando con un puchero

– Lo sé. - sonreí victoriosa y le di una mordida a mi hamburguesa mientras cerraba los ojos y saboreaba lo deliciosa que era.

Los abrí nuevamente y note que Sebas me miraba con una ligera curva en sus labios.

– Que.. - balbucee con la boca llena

– Yo solo veo que comes, comes y no engordas. ¿Haces algún tipo de ejercicio?

– ¿Yo haciendo ejercicio? JAJAJA Años que no me ejercito, y no engordo porque lamentablemente así es mi complexión, lo saque de mi madre. - le di un sorbo a mi bebida

– Ya veo... - rió y yo también

•••

Me tape la cara con las sábanas y me aferre al brazo de Sebastián.

– ¿Ya no está? - pregunté aún bajo las sábanas

– Tranquila, ya se fue.

Salí de mi pequeño escondite y justo en ese momento grito la chica de la película y yo también haciendo que se me cayeran las palomitas. Sebas comenzó a reírse a carcajadas y lo mire seria.

– No es gracioso. - le di un leve golpe en el hombro y me pare de la cama

– Oye espera a dónde vas? Ya te enojaste otra vez? - me tomo del brazo

– Voy por algo para limpiar esto. Tu no vas a querer hacerlo al rato, ya te conozco.

– Prometo ayudarte a limpiar. - dijo tratando de convencerme

– Sebastián...

– Anda, solo.... Quédate un rato más aquí, a mi lado. - hizo un tierno puchero.

«Oh vamos! Sabemos que no te puedes resistir a eso»

– Siempre te sales con la tuya Urdiales.

Negué divertida y me volví a acostar, esta vez Sebas me pegó más a su cuerpo y un escalofrío recorrió toda mi espalda, ya extrañaba esto.







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Ta' bien, entiendo si me quieren matar por haber tardado tanto en actualizar, pero veanle el lado positivo, ya casi salgo de vacaciones y eso quiere decir que actualizaré más seguido;)
Espero que les haya gustado, no olvides votar y comentar que te pareció😃👍 *por un segundo me sentí youtuber*

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Totalmente Diferentes (Sebastian Urdiales) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora