68//Mi prioridad

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La lleve a casa y deje en su habitación, la ayude a que se recostara en la cama, me di la vuelta ya para irme pero tomo mi mano.

– No te vayas, quédate conmigo... Por favor. 

Su mirada apagada me hizo sentir lastima de ella y se que odia que la miren así.

– Quisiera quedarme contigo, pero tengo que trabajar mañana.

Formó una línea con sus labios y se apego más a su almohada.

– Esta bien, descansa.

Me dió la espalda aún abrazando su almohada. Ahora soy yo el que se siente mal.

_____ Herrera 🌵

Oí como la puerta se cerró y apreté mi almohada, la única que me escucha en las noches cuando siento que ya no puedo más, es como si me pudiera desaogar con palabras. 

Comencé a abrír los ojos y la luz del sol me lastimaba, comenzaba a irritarme. Me cubrí con la sábana y volví a cerrar los ojos, mi celular estaba sonando, esto no puede ser peor.

– Quien eres y qué quieres.

– _____, soy Sebastián. Quería saber cómo te sientes después de lo de ayer.

– Si te refieres a cuando te pedí que te quedarás conmigo una maldita noche y me mandaste a la mierda, bien, muy bien gracias.

– Te dije que tenía que trabajar.

– Y fue más importante tu trabajo que yo.

– Al menos yo trabajo de verdad _____, no ando por ahí buscando la forma de ganar dinero rápido.

– ¿Crees que traficar droga es una manera de ganar dinero rápido?

– ¡Si, porque solo lo hacen las personas estúpidas que no estudiaron!

«Strike

Colgó la llamada y puse mi celular en modo avión. Completo idiota.

•••

Me removí en mi lugar incómoda y abrí los ojos nuevamente, mire el reloj y eran las 5:30 pm, dormir se siente tan bien.

Quite de mi celular el modo avión y un montón de llamadas perdidas llenaron mi inicio, todas de Sebastián. Me pare de la cama a la cocina y de la cocina a la cama, un vaso de leche fue todo lo que tome, para ser sincera no tengo hambre.

Me recoste en mi cama otra vez y cerré los ojos.

3 semanas después...

Sebastián Urdiales ⚡

Es que solo a mi se me ocurre gritarle por teléfono a una chica que necesita ayuda, decirle estúpida indirectamente ni fue buena idea. Igual y me odie, creo que yo también me odiaria si fuera ella.

– ¿Se puede?

Hablando del rey de Roma...

– Claro, adelante.

Tomó asiento en la silla enfrente de mi escritorio. Wow, por poco y no la reconozco, se ve muy mal....

– ¿Te sientes bien?

Negó con la cabeza agachada

– Lo siento, no debí gritarte esa vez por el teléfono. En verdad lo siento Sebastián, no fue mi intención. No me sentía bien y me desquité contigo.... Fui una completa idiota.

– No _____, soy yo el que debe disculparse. Debí haberme quedado contigo esa noche sabiendo que me necetabas más que nunca.... Perdóname tu a mi.

Me pare de mi asiento y me acerque a abrazarla, aún trayendo ropa pude sentir lo frío que estaba su cuerpo. Al separarme la mire a los dándome cuenta de sus grandes ojeras y ojos irritados.

– Te seguiste drogando. - la mire con decepción

Bajo la mirada y se puso roja de las mejillas.

– Prometí no hacerlo.... Nuevamente lo siento. - sonrió de lado

– Está bien, no te preocupes. De ahora en adelante estaré contigo en todo momento para cuidar que no lo vuelvas a hacer.

– Trabajas todo el día, como pretendes hacerlo?

– Dejaré de hacerlo, estaré bien enconomicamente por un tiempo. Ahora tú eres mi prioridad.

– Gracias... - sonrió y tomo mi mano

– No me agradezcas nada.

Totalmente Diferentes (Sebastian Urdiales) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora