Te encontré.

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Katsuki, Mirio, Aizawa y Shoto, se encontraban en Shodoshima, ciudad con una taza de población omega muy alta, lugar perfecto para su nuevo proyecto. 

Aunque la relación entre Shoto y Katsuki no fuera la mejor por problemas pasados, los Bakugous y Todorokis siempre han ido de la mano, años de sociedad no se romperían tan fácilmente, la unión entre los chicos solo se basaba en negocios, los años de niñez que compartieron juntos habían quedado en el olvido.

Reunidos en un salón proporcionado  por el hotel trataban sobre planes futuros, Mirio sugirió una salida para conocer los alrededores, los contrarios aceptaron, subieron al auto y fueron a explorar el centro la ciudad, pero... ¿En verdad era buena idea que cuatro alfas bien cotizados salieran a dar un paseo en una ciudad donde los Omegas dominaban en población?...

Llegados al destino, unos cuantos pasos fuera del coche fueron suficientes para que múltiples aromas arremetieran contra sus fosas nasales, a la par tres de los alfas cubrieron su nariz, una fragancia en específico resaltaba, era más fuerte y lujuriosa que las demás, estaba claro que un Omega en celo se encontraba cerca, Aizawa apenas y podía controlar sus instintos, lo mismo con Mirio y Shoto, el único inmutable ante tal situación era el rubio de ojos carmesí, quién desde ya hace un tiempo las feromonas Omegas no le afectaban.

Katsuki se dirigió director al lugar de donde provenía tal esencia, llegó a un callejón donde una colegiala luchaba contra sus propios instintos de ser marcada, sin vacilación alguna el rubio saco un supresor de su bolsillo y lo inyectó directamente en la pierna de la mujer, aunque todo saliera bien, había algo que le inquietaba, espero a que la chica se calmar y preguntó:

–¿Como es que ningún alfa llego antes que yo? –la joven miro extrañada al rubio para luego percatarse de que era un visitante.

–mmm, pues verás, en está ciudad predominan omegas y betas, aquellos alfas que viven acá, ya tienen una pareja o por suerte no se encontraban cerca, debido a esto pocas veces somos atacados cuando entramos en celo... –la mujer siguió explicando algunas peculiaridades de la localidad, el contrario lo tomo como fuente de información para su trabajo. Una vez recuperada, la colegiala dió las gracias y se marchó, Katsuki por su parte se reunió con sus colegas, los ponía al tanto de la situación mientras caminaban en búsqueda de un buen restaurante.

La brisa nocturna era suave y ligera, dando así oportunidad a los alfas de acostumbrarse al ambiente que les rodeaba. Para Katsuki todos los aromas del lugar eran exactamente iguales, ninguno destacaba ni era especial, estaba a punto de ingresar al restauran junto sus compañeros cuando un ventarrón arremetió violentamente en su rostro, Katsuki empezaba a molestarse hasta que una diminuta escencia traída por el viento llamo su atención.

"Vainilla"

Esa diminuta escencia era vainilla, no podía confundirse, como si la brisa  guiara el camino empezó a correr en dirección aquel aroma.

"Vainilla"

La fragancia arremetía fuertemente en su cavidad nasal, corria lo más rápido que podía, su pulso empezaba acelerarse y su respiración a entrecortarse, talvez el viento le estaba jugando una mala pasada... ¡NO! No podía equivocarse, era un fuerte y seductor aroma, cruzó a la derecha y luego a la izquierda, llenaba todo su pecho de dicha escencia hasta el dolor, los jadeos de desespero se intencificaron. Aquel aroma solo estaba cruzando la próxima esquina.

"¡Vainilla!"
"¡Vainilla!"
"¡Vainilla!"

Su corazón se detuvo por un segundo y el tiempo empezo a ir más lento, ahí... ahí estaba el creador de aquella embriagadora escencia, estaba igual que siempre... No, era más hermoso y radiante que antes, cabello verde, hermosas pecas adornando su rostro, ojos esmeraldas cual gema, todo en el era perfecto, tal y como en aquella época, si había algo diferente que resaltar era aquel cuero negro adornando su cuello.

Su corazón no dejaba de latir, su cuerpo no respondía y su hiperventilación era notoria, tenia miedo, estaba aterrado, ¿Que demonios debería hacer? Separados por una carretera de veinte metro de ancho, apretó los puños, trago saliva, tomo una gran bocanada de aire y sin quitar la vista del Omega dio un paso hacia adelante pero antes de poder dar el segundo se detuvo...

No pudo dar el siguiente paso, un hombre había aparecido al lado de Izuku, un hombre de cabellos negros y mirada sombría.

" Imposible"

Un beso entre ellos fue la devastadora bienvenida a la realidad de Katsuki.

" Imposible"

Más aún al observar que se adentraban a un hotel.

" Imposible"

Katsuki sintió como un balde de agua fría caía en todo su ser, totalmente estático no podía apartar la mirada de la pareja que ingresaba al lujurioso lugar.

–¡LAVANDA! –alguien a su lado gritó desesperadamente. –El olor de Izuku, lavanda, ¿Era lavanda, verdad? –el rubio destrozado y aún impactado giro la mirada a un lado para encontrarse con un Shoto en estado de semicelo.

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Llega semana santa, (no me comprometo a nada) pero intentaré actualizar rápido.

Gracias por leer
Cada que leo un comentario me dan ganas de llorar de felicidad por su apoyo

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