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"Deku te amo"

Los besos del rubio tocaban delicadamente mente la suave piel del omega, bajaban lentamente por el cuello hasta llegar a la cintura. Una traviesa mano irrumpía en la tela que ocultaba la erecta virilidad del peliverde, los labios del alfa se dirigieron a los botones rosas en su pecho mientas la callosa y varonil mano le masturbaba gentilmente.

Suaves gemidos empezaban a escapar de los labios del omega, sus manos apretaban las sabanas mientras su espalda se arqueaba por las gentiles caricias de su pareja.

Dos dedos irrumpieron en su lubricada cavidad, las feromonas de alfa y omega mescladas por el lugar daban un ambiente lujuriosos y caliente, los labios del rubio se aproximaron a los oídos de peliverde a susurrar un "te amo Deku" mientras acomodaba su miembro eréctil en la entrada del omega.

Lentamente introducía su pene haciendo que el chico de abajo empezara desesperarse, totalmente adentro se quedó quieto y empezó a dar caricias al sensible cuerpo del peliverde. "por favor Kacchan" suplicaba el joven, estaba siendo cruel, su amado omega estaba en pleno celo. La cama donde se encontraban estaba rodeada de las prendas de Bakugou, un hermoso nido para sus ojos.

Empezó a moverse lentamente, los iris esmeraldas dejaron salir unas cuantas lagrimas por la excitación, su rostros completamente sonrojado daba señal de que quería más de aquel alfa. Entre lazo los brazos al cuello del rubio y apretó sus piernas en la cintura del mismo. "por favor Kacchan" volvió a suplicar. El pequeño hilo que lo mantenía cuerdo fue roto, dejándose llevar por los instintos de alfa y el hipnotizante aroma a vainilla, empezó a embestir fuertemente en la apretada cavidad de su pareja hasta encontrar aquel punto que lo hiciera llorar de placer. Puso antebrazos entre muslos y pantorrilla para empujar más fuerte en la erótica cavidad, su mirada estaba concentrada en las lujuriosas reacciones del peliverde quien estrujaba una camisa propiedad del alfa y dejaba salir excitantes gemidos que le encendían más.

No se debe tomar a la ligera el celo de un omega. El peliverde quería mas, una sola vez no era suficiente, se encargaría de que su alfa le complaciera toda la noche si era necesario, una y otra vez llegaron al clímax, una y otra vez se saciaron de lujuria y pasión, una y otra vez juraron amor eterno en aquellas íntimas sábanas testigos del brillante amorío.

Despertando tranquilamente por la mañana, rodeado de las dulces telas de su amado Kacchan, miraba la espalda del alfa sentado en un rincón de la cama. "Kacchan" lo llamo, el rubio giro el rostro y le miro por encima del hombro.

– Adiós Deku. –los sentidos del omega se paralizaron, veía como aquel hombre se paraba y se alejaba de su lado.

Intento alcanzarlo estirando su mano, pero al pararse cayo de la cama siendo llevado a un pasillo de hotel donde el aroma a durazno era dominante, y ahí estaba, aquella puerta que nunca debió abrir en su vida "No la abras" escuchaba susurros al fondo que progresivamente se iban transformando a gritos. "NO LA ABRAS" su mano alcanzó el pomo y lo giro lentamente "no entres" dio un paso hacia adelante "por favor no entres"

Todo alrededor era oscuro, excepto aquellos dos individuos que brillaban y destacaban en la habitación. Los ojos esmeraldas llenos de lágrimas observaban las fuertes embestidas que daba el alfa a la mujer, su amado entre las piernas de alguien que no era él.

Un vidrio rompiéndose en mil pedazos fue lo último que alcanzo a escuchar antes de despertar de aquel sueño que le torturaba por las noches. Tapo su rostro con sus antebrazos mientras una que otra lágrima escapaba "hoy será un mal día" pensó.

Su ciclo de celo había empezado.

Islas Marshall – Majuro

Tarde por la noche Yagi e Izuku salieron con unos amigos betas, llegaron a un poco conocido bar de la ciudad, estaban entrando, cuando aquel personaje de cabellos celeste hacia lo mismo.

DESGARRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora