Al llegar a la ciudad, Katsuki inmediatamente se dirigió a la cafetería, abrió la puerta y lo primero que vieron sus ojos fue al peliverde sonriente atendiendo unos clientes. Por alguna razón se empezó a poner nervioso.
Izuku por su parte se sorprendió al ver el regreso de Katsuki, pensó que con lo dicho bastaría para mantenerlo alejado, se equivocó. Como si nada hubiera pasado en rubio entro a la tienda y tomo asiento en la misma mesa de siempre.
El peliverde no pudo evitarlo, sería el quien tomara el pedido de la indeseable presencia.
—Buenos días ¿Que le gustaría ordenar al señor? —el Omega forzaba su sonrisa de negó.
—Quiero un café, por favor
— ¿Algo m...
—Deku te amo.
Aquellas palabras sorprendieron al iris esmeralda, de la nada le había soltado semejante declaración.
— ¿A mí y cuantos más?
El rubio sonrió de medio lado. —Está bien si no me crees. —le miro directo a los ojos. —Vendré todos los días a decírtelo hasta que me creas.
Deku giro sus ojos. —Demasiado cliché. —se retiró a traer el café. "Que palabras tan ridículas" pensó, aunque no podía negar que su corazón se había acelerado un poco con la repentina declaración.
Era un poco más de las dos y repentinamente el cachorro del Omega llegó al lugar.
— ¿Qué haces aquí Hina?
—Salimos temprano, Dabi fue buscarme. —el nombrado apenas estaba entrando al lugar, lo primero que capto fue la presencia del alfa en un rincón de la tienda. Se posiciono al lado de Izuku.
— ¿No que ya no volvería?
El peliverde dio un suspiro —Eso creí, pero parece que ha desarrollado algo de masoquismo.
— ¿Que es masoquismo mamá?
Izuku se tensó, había olvidado la presencia de la infante.
—Es una persona a la que le gusta el dolor. —respondió Dabi sin titubear, Izuku le dio un pequeño codazo.
—Hina, escoge una mesa y has tu tarea, iré ayudarte si necesitas algo.
La niña asintió a la orden de su madre, escogería una mesa al lado de la ventana pero sus ojos encontraron aquel hombre que le ayudo a hallar a su madre cuando estaba perdida, algo en él le gustaba. Dejo la ventana a un lado y optó por una mesa a dos puestos del rubio, más que su tarea, aquel hombre robaba su atención.
— ¿Estás bien? —pregunto Dabi.
—No lo sé. —el omega respondió un poco decaído. —Después de ese día no creí que lo volvería a ver.
—Si empieza a molestarte avísame.
—Ja, Como si pudiera.
—Solo lo digo porque por alguna razón pareces débil ante él.
Izuku se sintió un poco ofendido —Solo es un idiota más entre idiotas ¿Porque debería preocuparme? hace mucho tiempo deje de ser débil, así que deja de preocuparte.
Dabi se molestó un poco, definitivamente la presencia del alfa dañaba su relación. — ¡Mina si necesitan algo, no dudes en llamarme! —le grito a la mujer que estaba en una de las mesas mientras miraba a Deku desafiante, claramente lo hizo para advertir al alfa del rincón quien les miraba de reojo.
Dabi sonrió de medio lado al ver la atención rubia sobre él, Dio un suspiro y rápidamente le robó un ligero toque de labios al omega, se aseguró de que aquel sujeto lo viera, le era divertido molestar a la gente y sobre todo a ese alfa. El contacto de los labios fue tan rápido que el peliverde no pudo reaccionar, simplemente hizo un pequeño puchero.
A Katsuki le saltaba una vena de enojo, sabía que el ojeroso lo había hecho intencionalmente para joderlo.
Llegando a las síes de la tarde, la tienda se encontraba llena, Izuku y Mina trabajaban a toda marcha por lo que Hina trataba de no molestar a su madre con la tarea, tenía un serio problema con la combinación de colores entre el amarillo y verde, una crisis para una niña. Un poco cansada levantó su vista y vio al iris carmesí tomando café mientras veía constantemente a su madre.
Al rubio le encantaba ver a Izuku en ese traje de mesero que resaltaba sus encantadoras curvas y perfecto trasero, le daría un sorbo más a su café cuando sintió que alguien jalaba su pantalón.
— ¿Usted es la persona que me ayudó a encontrar a mi mami? —le preguntó Hina con rostro tierno y angelical, aunque Katsuki asintió con cara de pocos amigos.
— ¿Qué quieres? —Puso sus codos sobre su rodilla tratando de quedar a la estatura de la niña sin pararse de su asiento.
—Mira —le mostró el dibujo que traía. —este lugar de acá ¿Qué color debería poner? Tengo estos, pero no sé qué poner ¿Usted qué dice?
Katsuki giraba su cabeza de un lado a otro tratando de comprender la figura, paisaje, modelo, lo que fuera que estuviera dibujado en el papel, miro los colores en la mano de la niña y volvió a mirar la hoja, era un completo acertijo lo que estaba trazado, decidió adivinar. —Utiliza el naranja, creo que quedaría mejor.
La niña subió a la otra silla para terminar su dibujo en la mesa de Katsuki, rápidamente aplicó el naranja y para la sorpresa del rubio, el color había acertado para lo que sea que quisiera dibujar la mocosa.
— ¡Muchas gracias! Quedó lindo. —la niña le regaló una gran sonrisa al alfa, una sonrisa que movería el corazón de cualquiera, El rubio al verla recordó a Izuku, volteo la mirada para encontrar al peliverde trabajando y luego volvió a dirigirla a la niña, fue entonces cuando recordó unas palabras de un viejo conocido, Mineta.
"Para salir con una sexy mamá, a sus hijos primero debes conquistar"
El alfa sonrió.
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DESGARRADO
Fanfictionel día más importante de su vida, el hombre a quien más amaba le fue infiel