Estaremos bien

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No estaba bien, y lo sabía. Desde aquel día en que fue tomado a la fuerza por un Omega totalmente desconocido no estaba bien. Su cuerpo y mente habían sido corrompidos a gran escala, y lo peor de todo, no era solo el quien sufría las consecuencias de su aberrante situación.

Lo vio por primera vez en la boda de su ex-prometida; porte elegante y suma seriedad eran las palabras que lo describían a la perfección. Su característica altura y notable musculatura por debajo del esmoquin azul hecho a la medida, llamaban la atención de su heterocromia. Su mirada lo siguió involuntariamente desde el inicio hasta el fin de la ceremonia, la ansiedad por querer hacer algún contacto lo estaba desesperando.

Su oportunidad llego cuando noto la cercanía entre él y Momo. La aprovecho, interrumpió la conversación de ambos y se presentó simplemente como Shoto, no dijo su estatus o relación con los Todorokis, el contrario se mostró como Iida Tenya; alfa y segundo hijo de la familia Iida dueña de una pequeña compañía en crecimiento y que año tras año iba ganando terreno.

Le fascino.

El bicolor quedo encanto con el hombre de cabellos negros cual oscuridad. El sentimiento de posesión empezó a crecer dentro de él y más cuando su notable categoría de alfa era indiscutible. Utilizo su etiqueta de Ikemen para atraer al serio Tenya, aprovecho cada una de sus habilidades para hacerlo caer ante él; una sonrisa, un alago, una que otra caricia en la mano y pequeñas indirectas que lo hacían sonrojar de manera linda y tierna. Estaba confiado con sus técnicas y las reacciones del chico le daban seguridad de ello.

Talvez su seriedad no era tan grande como aparentaba o tal vez el hecho de que nadie en su vida le coqueteara de manera tan evidente lo hacía débil, no lo sabía, pero lo que si sabía, era que su cuerpo no podía evitar reaccionar ante las insinuaciones del joven bicolor.

Puro e inocente cedió ante sus encantos. Se sintió afortunado al conocer a alguien que se interesaba en él. Miles de omegas, betas y alfas presentados en el pasado por su familia y lo rechazaban al acto por su seriedad y distintiva forma de expresarse con las manos, no lo conocían, nadie se daba el tiempo de conocerlo y en consecuencia, acepto no ser una persona apta para hacer feliz a alguien... sin embargo, Shoto, escucho cuidadosamente sus charlas, no le miró raro ante sus exagerados movimientos y sobre todo, le sonrió de una manera que nunca antes había visto.

Estaba feliz.

Sus ilusiones empezaron a brotar más cuando el bicolor lo invito a salir de la fiesta, gustosamente acepto. Shoto tomo a Iida de la mano y lo sacó del ruidoso lugar, fueron hasta el estacionamiento del hotel y abordaron el lujoso auto de Todoroki, quedo un poco impresionado al ver la gama del vehículo que poseía su compañero, supo de inmediato que no estaba con un don nadie, y eso, lo hizo feliz alguna manera, no porque Shoto tuviera dinero o algo parecido, sino por el hecho de que una persona de tal estatus se había fijado en él y no en los múltiples lindo, tiernos y delicado invitados de la boda. Sonrió de alegría ante tal pensamiento.

Abordo el auto entre sonrojos e inmediatamente sus labios fueron atacados con suma delicadeza, sus ojos se abrieron ante la impresión del repentino acto e inconscientemente empujó a su atacante mientras su rostro se teñía de un rosa brillante; no era su primer beso, pero si había pasado mucho tiempo desde que dio uno. Empezó a tartamudear por los nervios mientras que el bicolor lo observaba con una sonrisa ladina.

- ¿No te gusto? -hablo pícaro el heterocromatico

Inmediatamente Iida negó fuerte mente mientras desviaba la mirada a la palanca de cambios. Su agitado corazón no aguantaría más.

- ¿Entonces te gusto? -se acercó al chico y posó su mano derecha en una sus mejillas, le hizo girar el rostro para que sus miradas hicieran contacto y espero pacientemente por una pequeña repuesta o señal que le hicieran continuar con lo anterior.

DESGARRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora