Maravilloso Omega

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Aizawa reprendió a Katsuki por haber dejado tirado su trabajo, aunque le rompieran el corazón tenía obligaciones que cumplir, el rubio acepto los regaños en silencio como un niño, Mirio solo intervino lo necesario, se sentía como un intruso ya que el bicolor, la momia y el rubio tenían una relación de años, pero aun así, él era un importante socio y tenía que hacerse valer.

—Bakugou-san, quiero que esté proyecto salga adelante y de la mejor manera, no quiero errores ni sorpresas, necesito de tu parte, no te prohíbo amoríos pero sí que no descuides tu trabajo o todos nos veremos afectados. —Fue lo único que le dijo Togata.

Se sintió patético, tenía que buscar la manera de combinar su reconciliación con Deku y el trabajo. Sería más serio en todas sus acciones.

...

Bakugou se las había arreglado para saber dónde era la guardería de Hina, también averiguo los días en que el Omega estaba de turno, todo sin que Izuku se enterara

Dos semanas se había completado desde que regreso a Shodoshima. Después de cumplir con sus deberes y adelantar un par de cosas para que Aizawa no le molestara, iba directo a Shiro. Habían días en los que se encontraba con la niña como días en los que no, cuando estaba con ella se aseguraba de comprarle el mejor postre de la tienda y a veces la llevaba al parque con el permiso de Dabi, también estaba Shoto, quién hacia visitas inesperadas e intervenía en sus planes puesto parecía que a Hina le gustaba más Todoroki, lo único que si era seguro es Katsuki siempre le decía al pecoso que le amaba.

—Deku, te amo. —le dijo mientras esté dejaba un café en la mesa. Deku como siempre giro sus ojos y le ignoro, a veces hacia una mueca de fastidió.

La noche llego rápidamente y junta a ella trajo unos alfas a la tienda, alfas que desprendían sus feromonas descuidadamente, Izuku estaba ocupado con un pedido por lo que sería el tímido Tamaki quien los atendiera.

—Buenas noches ¿Qué desean pedir? —el joven forzó una sonrisa y entrego el menú. Su incomodidad se hizo más grande cuando uno de los sujetos acarició su mano al tomar la carta, el azabache lo tomo como un accidente.

Los hombres pidieron diferentes cosas una y otra vez, y cada que el Omega les llevaba algo, su mano era acariciada, ya no era un accidente, el ambiente y las feromonas lo estaban estresando.

—Puedo hacerme cargo si quieres Tamaki.

—No, está bien, no quiero molestarte Izuku, puedo con esto, no soy tan débil como aparentó. —le regalo una sonrisa al peliverde.

Bakugou a la distancia se mantenía alerta, odiaba a esos alfas que desprendían sus asquerosas feromonas cual burdel.

De repente una colegiala irrumpió en la tienda con respiración agitada, era la misma chica que Katsuki ayudó en su primer día en Shodoshima

— ¡I-chan, están atacando a un omega en el callejón! —Deku miro a Tamaki y a la mujer, estaba entre la espada y la pared.

—Tienes que ir. —le dijo Tamaki. —Yo estaré bien, Dabi está en casa ¿Cierto? Le llamaré ahora mismo. —Izuku asintió y fue rápidamente detrás de la colegiala en busca del Omega en problemas.

Llegaron a un callejón donde estaba un chico semidesnudo en el suelo siendo atacado por dos alfas turistas. Las feromonas del Omega no eran muy fuertes pero alfas son alfas.

Se dirigió hacia el trío, los atacantes ni siquiera notaron su presencia, pateo en la mandíbula a uno y con el sobrante le hizo mismo, fue bastante fácil, se agachó para ayudar al Omega cuando sintió el ligero aroma de durazno, rápidamente se reincorporo y corrió hacia el rubio para golpearlo.

DESGARRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora