Dolorosa Revelación

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Estaba cansado, desanimado y algo dolido por todo lo que estaba sucediendo, mil pensamientos rodeaban su mente y ninguno de ellos lograba aclarar el anterior; un jodido dolor de cabeza

—Kacchán —el débil pero suficiente fuerte sacudir de su mano izquierda consiguieron despertarlo de sus profundas angustias —Quiero ir al parque —hablo la pequeña Hina señalando con su dedo índice el lugar mencionado.

El adulto llevo la mirada hacia aquella dirección, ese lugar donde se encontró por primera vez con aquel mocoso rubio sin tener la mínima idea de que sería su hijo. —Está bien. —apretó la pequeña mano de la niña y juntos tomaron camino hacia aquel sitio. Ella con esperanzas de encontrar a su amigo, y el con expectativas da hallar respuesta a las incertidumbres que perturbaban su realidad, y la del omega.

Trago en seco y soltó la mano de la infante para que corriese a las atracciones del lugar, continuamente camino a una banca cercana sin perderle de vista. Tenía un desagradable presentimiento, algo que no le permitía bajar la guardia o que sus instintos se calmaran. Tomo asiento en la madera para pensar en la situación y sus futuros movimientos acerca de Toga y la peculiar pandilla quienes perturbaban a Deku.

Pasaron cuarenta minutos donde únicamente se dedicaba a conectar todas esas enormes casualidades; donde intentaba aclarar las lagunas mentales del día de su boda, donde intentaba comprender porque todo esto estaba sucediendo. No le gustaba sumergirse en él "hubiese hecho esto, hubieses hecho aquello", pero no podía evitar pensar en que hubiese sucedido si nunca hubiese conocido a Toga, ahora más que nunca, estaba arrepentido de haber estado con esa maldita loca.

Suspiro profundo intentando olvidar sus estúpidos lamentos, tomo su celular y llamo a su mano derecha sin despistar a la infante que jugaba sola en la caja de arena. — ¿Ya llego? —preguntó al azabache con intenciones de asegurar la integridad de su mejor amigo

—Sí, vamos camino al hotel —respondió a secas —el... creo que deberías hablar con él lo antes posible Katsuki.

Guardo silencio, eso le daba una señal de lo mal que estaba el pelirrojo. —Iré... — de repente observo a alguien por el rabillo de su ojo y apretó el aparato móvil en sus manos — una vez este desocupado. —colgó la llamada e inmediatamente escucho ese grito por parte de la infante que hacia su augurio una realidad "¡Totsuki!"

Aún permanecía sentado en la banca del parque mostrando una falsa tranquilidad que miraba fijamente al dúo de infantes reencontrándose mientras esa presencia se acerba sonrientemente con un acompañante.

—Hola cariño —escupió la chillona voz a la par que tomaba asiento al lado del desinteresado pero enojado alfa. —Kurogiri dijo que esa mocosa venía cada día esperando por Totsuki, no creí que fuera cierto —rió levemente con cierta malicia que molestaba.

Aunque le fuese asqueroso estar al lado de aquella mujer, ahora solo debía pensar cuidadosamente en sus palabras, y desafortunadamente, conocía muy bien a la rubia; un buen juego de palabras y ella soltaría alguna información que fuese beneficiosa para sus dudas. —En ese aspecto... se parece a mí —soltó una sonrisa junto con una mirada llena de nostalgia

La mujer se tensó, apretó sus dientes al igual que sus puños, su burlesca mirada cambio a una de completa molestia —No se parecen en nada —sentencio con obvio tono perturbado lleno de disgusto

Bakugo, volvió a sonreír —Claro que sí. Recuerdas en la escuela cuando pasábamos todos los días por aquella florería; no era por tomar el camino más largo a casa o comprarle flores a la vieja bruja, era porque ahí estaba Deku. —sus ojos escarlatas mostraron un hermoso brillo, un brillo que nunca mostró mientras estuvo con ella en tan toxica relación.

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