Obstáculo

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En el puerto de la ciudad un barco daba la llegada a nuevos visitantes, entre ellos, un hombre rubio de más de dos metros de alto había regresado a la ciudad.

...

Bakugou y Todoroki aún se encontraban en el café sentados junto a Hina, ambos competían por la atención de la niña; el bicolor aprovechaba su poder de Ikemen mientras que el rubio aplicaba las experiencias reunidas durante los años en la crianza de sus hermanos, lo cual, eran poco efectivas puesto los crio de manera tosca y alocada.

Aun así a Hina le interesaba más Kacchan y su particular manera de demostrar cariño.

— ¡Ya estoy aquí! — La campana de la puerta sonó para dar la entrada de un escandaloso y alegre hombre.

— ¡ABUELO! —grito la niña mientras iba corriendo a los brazos de aquel sujeto.

Ambos alfas giraron a la par para captar al supuesto abuelo de la infante, era algo que les causaba curiosidad en exceso. Aquel tipo rubio se había agachado para recoger a su nieta y cargarla en brazos, mientras Midoriya iba a saludarlo felizmente.

Los ojos de Katsuki mostraron asombro ante presencia, trago en seco y apretó los puños. No podía despegar la vista de sujeto, fue entonces cuando los iris carmesís hicieron contacto con los azulejos, el ambiente se tensó de inmediato.

Yagi se acercó a la mesa de ambos alfas con Hina en brazos. —Joven Bakugou, es bueno volver a verte —estiro su mano en son de saludo, Katsuki hizo los mismo, pero algo era distinto en ese apretón de manos, la fuerza ejercida por el mayor era demasiado potente como para tratarse de un simple saludo, podía sentir todo el odio y rencor acumulado hacia él. Su instinto le suplicaba alejarse, pero él era Katsuki Bakugou y su orgullo no se lo permitiría.1

—Lo mismo digo, Toshinori-san. —le devolvió el saludo con un poco más de fuerza pero nada comparada a la del contrario.

—Abuelo ¿Conoces a Kacchan? —la inocencia de Hina no captaba la atmósfera entre ambos rubios, Todoroki por su parte estaba bien siendo ignorado.

— ¿Kacchan? —miro al alfa de reojo de manera asesina. — ¿Qué tal si vamos arriba y abres lo regalos que te traje, Hina? —La niña asintió alegremente, había evadido exitosamente la pregunta de la infante. Antes de dirigirse al segundo piso, fue donde Midoriya y susurro algo en su oído, este asintió algo confundo.

—Parece que estas en problema. —comento Todoroki saliendo de su anonimato mientras tomaba un sorbo de café.

—Cállate — Katsuki se hallaba un poco perturbado, la palma de su mano no dejaba de temblar, era algo que le molestaba ¿Qué demonios había sido eso?

Yagi abrió la puerta del hogar que compartía con Dabi y Midoriya, bajo a la niña y la mando a la sala a abrir los paquetes, el por su parte irrumpió en la habitación del ojeroso quien se encontraba en cama jugando con un cuchillo, cuchillo que no dudo ni un segundo en lanzarlo al hombre que invadía su territorio, por supuesto no le dio, pero el artefacto quedo clavado en la pared.

—Oh. Lo siento, pensé que eras un ladrón. —hablo sarcástico el azabache.

—Como si pudiera seguir cayendo en esa broma, las tres primeras veces pudo asustarme, pero ahora es totalmente estúpido. —Yagi tomo el mango del cuchillo y le dio un par de vueltas en su mano.

—Entonces tendré que cambiar mi manera de darte la bienvenida.

—Más importante que eso ¿Puedes decirme que hace Katsuki Bakugou en el café? O no, una pregunta mejor ¿Por qué no estas abajo con Izuku en este instante? —el mayor parecía molesto, Dabi fastidiado se paró de la cama y rasco su cabeza.

DESGARRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora