Viktor solo conocía a su madre a través de fotografías.La primera vez que la vio fue por error. Mientras buscaba unas hojas para dibujar en el escritorio de su padre —a escondidas, claro está, porque tenía prohibido entrar a su cuarto—, alcanzó a ver en medio de los papeles una melena grisácea como la de él. Se sorprendió, creyendo que era una fotografía suya o de su hermana, mas cuando la sacó y la sostuvo en sus manos, se dio cuenta a sus ocho años de edad que de verdad tenía una madre. Y que su madre era hermosa, era resplandeciente. Sabía eso incluso a través de una fotografía.
Sintió un dolor en su pecho al ver a la mujer que se asemejaba un poco más a su hermana que a él sonriendo de oreja a oreja, con los iris azules brillando y unas facciones que podían pasar por las de un ángel.
No obstante, la magia a su alrededor se deshizo cuando fue descubierto por su padre.
Konstantin Nikiforov era un hombre con semblante severo, postura firme y erguida, manteniendo siempre su traje impoluto y sus alrededores en perfecto orden.
Viktor había asumido eso por lo que de vez en cuando escuchaba de los empleados de su casa, pero no podía decir por sí mismo cómo era su padre. A los ojos del niño, su progenitor era un misterio indescifrable. Aunque había ciertas ocasiones en las que lograba verlo directamente y descubrir facetas de él que desconocía.
Como esa cuando lo halló con la fotografía de su madre en las manos.
Viktor podía recordar a la perfección la expresión de su padre en aquel entonces. Lo primero que hizo fue mirarlo con sorpresa desde su puesto en la puerta abierta, luego caminar hacia él, arrebatarle la fotografía bruscamente de las manos y después gritarle a voz en cuello que saliera del cuarto de inmediato.
Viktor se cubrió los oídos por la sorpresa de escuchar el grito de su padre, aunque no tardó en ser empujado hacia la puerta por el mayor y luego se encontró afuera de pie con el corazón a mil por hora y las lágrimas derramándose por sus níveas mejillas.
Sabía que no le agradaba a su padre, lo tenía claro desde hace mucho tiempo. Incluso su hermana le había advertido que no se acercara a él, pero su lado curioso no pudo aguantar.
Días después estaba en el patio de la mansión en la que vivían en Rusia, jugando con su hermana a construir castillos con naipes. A pesar de que la mansión era enorme y la mayoría de habitaciones estaban preparadas para que él jugara allí, a Viktor le agradaba jugar más en su jardín, disfrutar de las sensaciones de la hierba rozando sus piernas desnudas, del viento revolviendo su cabello peliplata y también deshacerse del sentimiento de reclutamiento que agobiaba su pecho cada vez que estaba dentro de la casa.
Poniendo un naipe encima de otro, Viktor habló en voz baja a su hermana, teniendo cuidado de que los sirvientes que estaban pendientes de ellos no los escucharan.
ESTÁS LEYENDO
Eros enamorado |AU Viktuuri|
Fanfiction|OBRA GANADORA EN LOS PREMIOS WATTYS 2019 EN LA CATEGORÍA DE FANFIC| |Obra ganadora en los Premios Katsudon 2018| |Historia destacada en el mes de enero 2020 por @Fan-FictionEs| La Oficina Central de Amor & Desilusiones, mejor conocida como OCAD, ha...