Capítulo X: Un Cupido no se puede enamorar

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Yuuri llegó a casa con paso de robot, monótono y rígido. Sus piernas se sentían como plomo y la espalda le dolía mientras más caminaba. Cuando abrió la puerta de su apartamento, lo primero que hizo fue arrojar la mochila al suelo y quitarse los zapatos para poder mover los dedos entumecidos.

Suspiró. Por algún motivo, la cabeza le palpitaba con intensidad.

—Bienvenido, Yuuri —dijo Vicchan, dirigiéndose a Yuuri.

—Estoy de vuelta, Vicchan —respondió el pelinegro, arrastrando los pies hacia su cama para luego caer en ella como si no pudiera soportar más su propio peso.

—Oye, ve a ducharte antes de acostarte. Y también debes comer, te ves pálido —riñó el perrito, saltando sobre su espalda para tirar de la oreja con suavidad.

—No tengo hambre, Vicchan. Solo quiero dormir y ya —murmuró él con el rostro aplastado en la almohada, amortiguando el sonido.

—¿Qué? Pero si hasta hace poco lo único que hacías era comer como cerdo. ¿Sucedió algo en la universidad?

—No, es divertida. Aprendí mucho hoy.

—¿La comida era mala?

—No, era deliciosa.

—¿Acaso te hicieron bullying?

—¿Por qué me harían bullying?

—No sé, ya que luces como un nerd pensé que podría ser una opción —contestó Vicchan, sentándose a un lado de Yuuri.

—¿Soy la única persona en el mundo que no sabe qué es nerd?

—Olvídalo. ¿Entonces qué pasó? ¿No hiciste amigos?

—No, de hecho hice varios, son geniales —susurró el Cupido, dando media vuelta para quedar boca arriba. Contempló el techo blanco con seriedad—. Dime, Vicchan. ¿Sabías que Viktor da clases en la universidad?

Vicchan alzó la cabeza como un resorte, con la boquita abierta por la sorpresa.

—¿Hablas en serio? ¡Eso es genial! Facilita muchas cosas, Yuuri.

Yuuri apretó sus manos a los costados y tragó saliva. Él no lo creía así.

—No sé si sea bueno, Vicchan. Por más que intente comprenderlo, más se vuelve un enigma para mí. Y lo gracioso es que no he avanzado nada en la investigación, no sé nada de Viktor.

El caniche se calló durante unos segundos y después emitió un suspiro cargado de frustración.

—Mira, no quería decirte esto ahora, pero mientras no estuviste Celestino me llamó.

Yuuri giró la cabeza al escucharlo, con un signo de pregunta claramente grabado en su rostro.

—Ha pasado una semana desde que estamos en la Tierra y la investigación está estancada. Sin embargo, Celestino me mandó unos gráficos que resultan ser de lo más extraños. Deberías verlos por ti mismo.

Eros enamorado |AU Viktuuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora