Capítulo XXV: Un Cupido ignora el llamado de su corazón

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Yuuri parpadeó seguido, mirando fijamente a Vicchan y esperando que este continuara con su explicación

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Yuuri parpadeó seguido, mirando fijamente a Vicchan y esperando que este continuara con su explicación. Un tenso silencio se hizo presente en la habitación, siendo interrumpido solamente por el rumor del viento golpeando la ventana.

Ya que Vicchan no hablaba, tomó la palabra.

—¿Podrías ser un poco más específico...? ¿A qué te refieres con que el mundo humano me ha afectado más de lo que pensaba? Yo me siento bien, no me duele nada.

Vicchan por fin respiró profundo y agitó sus orejas para hacer aparecer los gráficos en frente de ellos.

—Por favor, no me digas que no te has dado cuenta. Es claro, Yuuri, todo empezó desde aquel día —comentó el perrito a medida que las imágenes se mezclaban entre sí sin mostrar nada en concreto.

Yuuri frunció el ceño, no entendiendo el punto.

—¿A qué te refier...?

—El día en el que tus poderes se alteraron en el apartamento de Viktor, ¿recuerdas? —Interrumpió Vicchan, adoptando un tono severo. Yuuri se estremeció brevemente, mordiéndose los labios—. Mientras Viktor hacía eso con su boca en ti... tus poderes se alteraron, Yuuri. Afortunadamente, solo fue la luz y no algo más, pero justo allí está el problema. —Vicchan movió una oreja, deteniendo los gráficos por fin y ampliándolos—. Tus poderes no tendrían por qué verse afectados, no tendrían por qué activarse sin tu consentimiento. Algo sucedió, mira.

Yuuri observó la pantalla con inquietud, dándose cuenta que lo que tenía delante era un informe detallado sobre el uso de sus poderes y los niveles de energía de cada uno.

—Mira los Niveles de Energía de tus poderes —señaló Vicchan—. ¿Ves algo raro?

Yuuri entrecerró la mirada, enfocando los ojos en las tres líneas horizontales de un color rosa. La primera indicaba la energía de sus alas, la barra estaba completa. La segunda mostraba la energía de su arco y las flechas, también estaba completa ya que no los había usado desde hace tiempo. No obstante, la tercera barra sí se veía diferente a las demás...

—Ya lo notaste, ¿eh? —mencionó Vicchan—. Como podrás ver, tus alas y arco están en buenas condiciones, pero eso se debe a que están en una especie de reposo ya que te encuentras aquí en la Tierra. Es cierto que tienes la posibilidad de invocar el arco y las flechas, mas solo será en el caso de que tengas que flechar a Viktor, no puedes usarlo con ningún otro humano. —Sí, lo sabía, lo había leído en los documentos y las reglas—. La tercera barra indica tu Nivel de Carga Celestial, básicamente es lo que te certifica como un Cupido y lo que te mantiene unido al planeta Cupid. En esta barra se muestra si has sido contaminado por las esencias de otros planetas, si has sufrido recaídas o necesitas ser purificado. Y la barra está incompleta, Yuuri. Ha disminuido.

El pelinegro se sobresaltó al escuchar la palabra "purificado". A pesar del significado de la palabra, para él no era algo bueno ni para ningún Cupido. La purificación era algo doloroso. Nunca lo había vivido, pero escuchaba rumores y eso creó en él un temor en su corazón. Decían que la purificación era un proceso para eliminar cualquier corrupción en el Cupido, incluso si esto afectaba su mente. Después de la purificación, los Cupido parecían robots, actuaban de forma mecánica y solo obedecían órdenes. Ya no tenían voluntad propia.

Eros enamorado |AU Viktuuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora