Capítulo XVIII: Un Cupido comienza a dudar

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Walter y Vicchan observaban con atención lo que sus compañeros hacían

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Walter y Vicchan observaban con atención lo que sus compañeros hacían. Vicchan estaba sentado en el suelo, apoyando el traserito en su almohada especial. Walter se encontraba encima de su cabeza, explayado en ella como si de una cama se tratase.

Un lloriqueo se escuchó en el pequeño apartamento mientras alguien se sonaba la nariz con fuerza.

—No puede ser que muera, ¡es injusto! —exclamó Phichit, abrazando a Yuuri y llenando su camiseta de lágrimas y mocos.

Yuuri limpió los lentes de sus gafas que estaban manchados de las lágrimas que había derramado a lo largo de la película.

—Al parecer a los humanos les gusta la tragedia —comentó, incorporándose para apagar la pantalla del televisor. No se creía capaz de ver más.

—¿Por qué todos deben morir? ¿Por qué no pueden ser felices? —se lamentó Phichit, abrazando la almohada de la cama de Yuuri contra su pecho y haciendo un puchero.

Yuuri sonrió levemente antes de ir hacia la cocina por dos vasos con té helado. Sentía la garganta reseca, necesitaba algo para refrescarla.

—Tal vez no lo comprendamos del todo porque no somos completamente humanos —murmuró Yuuri, hablando a un volumen en el que Phichit pudiera escuchar.

Phichit se sentó en la cama, atrayendo las rodillas a su pecho y apoyando el rostro en ellas. La punta de su nariz estaba enrojecida a causa del lloriqueo de hace unos segundos.

—Aun así, la película no ayudó en nada —dijo Phichit enfurruñado.

Yuuri rio mientras se acercaba y le pasaba un vaso al moreno. Se sentó en la cama, provocando un crujido.

—A mí tampoco.

Después de haberse encontrado con Phichit en el parque, Yuuri lo invitó a su apartamento para que pudieran hablar con más tranquilidad y sin tener que preocuparse porque alguien más los escuchara.

Cuando llegaron Yuuri propuso ver televisión por un rato para relajarse un poco, mas justo en aquel instante daban una película de romance igual de trágica a la que había visto con Viktor y no sabía qué pensar de ello. ¿Acaso todo el mundo trataba de decirle que nada bueno salía de enamorarse?

Dio un sorbo a su bebida. A pesar de estar consciente de que tenía muchos problemas tras su espalda, el tener a Phichit allí lo animaba de alguna manera. Sabía que no estaba solo en ello.

Y hablando de soledad...

—Phichit —llamó Yuuri, apretando el vaso y sintiendo el frío en su piel—. Lamento no haber estado contigo cuando la pasabas mal. Sabía... sabía que algo te estaba pasando, pero me concentré más en mí mismo. Lo siento, estaba confundido con Viktor ya que todo esto es nuevo para mí. No sabía qué hacer, soy el peor amigo de todos. Lo siento mucho, Phichit.

Eros enamorado |AU Viktuuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora