Capítulo XXI: Un Cupido encuentra su hogar

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Yuuri se quitó las gafas y las dejó en la mesita de noche, masajeándose la nariz

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Yuuri se quitó las gafas y las dejó en la mesita de noche, masajeándose la nariz. Se acomodó en la cama con Vicchan a su lado, quien analizaba con atención cada acción suya. Después de estar sentado en modo indio y adoptar una expresión circunspecta, asintió con firmeza.

—Hazlo —dijo.

De inmediato Vicchan movió las orejas y la pantalla se desplegó delante de ellos. Las ventanas estaban cerradas y las luces apagadas, así que lo único que iluminaba el cuarto eran los gráficos que se deslizaban en el holograma.

Delante de Yuuri apareció la carpeta que indicaba el nombre de Viktor con su foto. Vicchan continuó bajando hasta llegar a los informes de aquel día y los dos jadearon al verlos.

—Esto es... —murmuró Yuuri.

—Esplendido —completó Vicchan, caminando más cerca de la pantalla—. Mira, Yuuri. Su Nivel de Romance está cada vez más alto, su Estado Sentimental ya no está vacío y los colores se vuelven más oscuros. El rosa del corazón ha pasado a ser más oscuro, al común.

Yuuri afirmó con un sonido nasal, concentrado en los resultados que mostraban los gráficos. A simple vista como Cupido, todo iba de maravilla. El Nivel de Romance estaba ya en su segunda fase, no tenía ahora el color rojo que indicaba peligro. El corazón del Estado Sentimental no estaba vacío ni poseía aquel signo de interrogación que vio la primera vez. Y el color rosa, como decía Vicchan, se iba adaptando cada vez más al color que una persona normal debía tener.

El tono del corazón se ligaba bastante con el estado emocional del cliente. Entre más opaco, más triste se encontraba la persona. Y si, por el contrario, estaba más oscuro, pues sus emociones se iban estabilizando.

Todo iba muy bien, sí, pero el problema era...

—Qué mal que seas tú el causante de esto —comentó Vicchan riendo de forma sarcástica, leyendo los pensamientos de Yuuri.

El pelinegro lo miró ceñudo.

—Vicchan, sabes que yo no lo hago a propósito —respondió.

—Ya, pero ese no es el problema —dijo el perrito, sacudiendo las orejas para hacer desaparecer los gráficos. La habitación quedó en penumbras, por lo que Yuuri chasqueó los dedos para encender las luces—. El problema es que Viktor está sintiendo por primera vez lo que es el amor contigo. ¿Entiendes la magnitud de eso? En Cupid me están presionando para enviar información sobre la persona en la que Viktor está interesado y no puedo hacerlo porque eres tú.

Aunque era un perrito adorable con tan solo verlo, Yuuri sabía muy bien cuando Vicchan comenzaba a enojarse. La colita se meneaba de arriba abajo, sus orejitas se enroscaban y de alguna manera lograba fruncir el ceño. Justo como estaba haciendo ahora.

—¿Qué quieres que haga entonces? Yo no quise que esto resultara así. —Yuuri más que nadie comprendía las consecuencias que traería si la situación continuaba por el mismo rumbo, pero a la vez se sentía perdido con respecto a sus acciones.

Eros enamorado |AU Viktuuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora