Capítulo XIV: Un Cupido se siente en casa

6.1K 743 309
                                    

El llamado Club de Romance consistía en una pequeña sala con papeles regados por todos lados, peluches empacados y tirados en el suelo, un sutil aroma a flores invadiendo el cuarto y los gritos y discusiones de un grupo de personas demasiado difer...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El llamado Club de Romance consistía en una pequeña sala con papeles regados por todos lados, peluches empacados y tirados en el suelo, un sutil aroma a flores invadiendo el cuarto y los gritos y discusiones de un grupo de personas demasiado diferentes entre sí.

Y allí estaba Yuuri, ayudando a abrir las cartas de una canasta mientras observaba cómo Mila continuaba riñendo a Georgi, aunque ahora a causa de un desliz que tuvo el pelinegro al escribir mal un nombre. Sara sentada en un escritorio aparte se encargaba de reunir peluches y cajas de chocolate para así formar paquetes que luego se los pasaba a un moreno que había aparecido minutos más tarde de que Yuuri llegara. Este se ocupaba en escribir en una tarjeta alguna frase romántica y el nombre de la persona a la que debía ser enviado el paquete.

Phichit estaba al lado de Yuuri, ayudando a organizar los ramos de flores desperdigados por la mesa delante de ellos. Un rato atrás el moreno, junto al rubio grandote llamado Chris, le habían explicado el propósito del club y le dieron una mini bienvenida que consistía en una taza de café caliente y una galleta de miel.

Según lo que había entendido, el Club de Romance no era un club oficial en la universidad, por lo que ningún profesor tenía conocimiento de este. La sala que ocupaban era antes la habitación del conserje y pidieron permiso para utilizarla como sala de archivos. "Sala de archivos" era solo un eufemismo para lo que realmente era el lugar.

Yuuri estaba acostumbrado a ver montañas de papeles y documentos volando por doquier en Cupid, pero ahora que entraba al club podía darse cuenta que habían lugares que le daban la talla a su planeta.

Los montones de papeles eran en realidad cartas, cartas enviadas por los mismos estudiantes que conocían el club a voz secreta. ¿El propósito del Club de Romance? En palabras de Chris, era "brindar ayuda y alivio a aquellas personas con un corazón rebosante de amor a expresar sus sentimientos de una forma ingeniosa y romántica".

En palabras más sencillas, el Club de Romance se encargaba de recibir cartas con pedidos como "Enviar un peluche en forma de estrella de mar a la chica morena y linda de la clase de Biología" o "Escribir una confesión con menos de diez palabras al chico guapo de la clase de Psicología humana".

Era tal cual. La mayoría de pedidos eran confesiones, chicos que no se atrevían a hablar con la persona que les gustaba y solicitaban ayuda al Club de Romance. Otros casos eran parejas que querían darse sorpresas en sus aniversarios, como el que un oso de peluche gigante lo esperara en su asiento al entrar al aula, y cosas por el estilo.

Los pedidos eran anónimos, pero los nombres de las personas a las que se lo enviaban no. Por lo tanto, todo el asunto de confesiones secretas se había intensificado en la universidad con la llegada del club. Parejas inesperadas salían a la luz y todo gracias a una solicitud enviada al Club de Romance.

—Hay dos maneras de solicitar ayuda al club —explicó Chris en aquel instante, encargado de la labor de leer las cartas enviadas, y rechazar o aceptar los pedidos—. Una es dejando una nota en el libro número diez de la columna tres del primer piso de la biblioteca. Es un libro falso, está en blanco, así que pueden dejar las notas allí y nosotros nos encargamos de buscarlas. Y la otra es enviando un mensaje al correo del club que es manejado por Phichit —dijo el rubio, señalando con su mano a Chulanont, quien sonreía con orgullo.

Eros enamorado |AU Viktuuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora