Capítulo IX: Un Cupido con dudas

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Las siguientes dos horas en la clase de Geografía se hicieron eternas para Yuuri. Después del llamado de atención, se limitó a tartamudear y luego bajar la cabeza, con la vista fija en el cuaderno aunque aún no escribía nada en él. Apretaba el bolígrafo en su mano y notaba que Phichit a su lado lo observaba de soslayo, mas no se atrevió a hablar.

Ahora comenzaba a dudar de las coincidencias en este planeta. Primero siendo vecinos y ahora esto... ¿Qué seguía? ¿Estaba casado con Viktor sin él saberlo? No creía poder soportar más sorpresas, su corazón no aguantaría.

Sintió una intensa mirada sobre él y con lentitud elevó la cabeza para encontrarse con Nikiforov sentado en su puesto y apoyando el rostro en la palma de la mano. Al parecer había dictado algo porque todos estaban concentrados escribiendo, así que Viktor aprovechó eso y le lanzó un guiño a Yuuri.

Yuuri estuvo a punto de caer de su asiento. Jadeó de sorpresa y volvió a pegar la mirada en la hoja blanca. Se había dado cuenta antes y ahora lo confirmaba de nuevo.

Viktor Nikiforov era un mal para su corazón.

Debía dejar de inventar excusas, era obvio que lo que sentía no era a causa de la obesidad o alguna enfermedad. Sus latidos rápidos y nerviosismo excesivo se debían sobre todo al hombre que tenía ante él. Un ruso peli plata que no le quitaba la mirada de encima y él no podía explicarse el por qué.

Suspiró frustrado. Se suponía que su misión era investigar a Nikiforov, pero entre más lo veía, más lo confundía.

Y así pasaron esas dos horas, con un Yuuri muerto de nervios queriendo huir de allí cuanto antes. Cuando la campana sonó, este se levantó apresurado de su asiento y guardó los materiales que ni siquiera había tocado en el bolso.

—¿Yuuri? —preguntó Phichit con intriga, guardando a su vez lo suyo en la mochila.

—Vamos, Phichit. ¿Qué clase sigue? ¿Cuándo es el almuerzo? ¿No tienes hambre? Uff, yo sí. Vamos, vamos —dijo con rapidez, colgándose el bolso en el hombro con notable ansiedad.

—Está bien, vamos... —contestó Phichit, sin indagar en el tema, cosa que Yuuri agradeció.

Estaban a punto de salir del aula cuando una voz estridente resaltó entre el bullicio, interrumpiendo a Yuuri en su corrida.

—Estudiante Yuuri Katsuki, por favor venga un segundo. Necesito hablar de un tema con usted —pronunció Viktor Nikiforov con tono prominente, sorprendiendo a los alumnos que iban saliendo y miraban a Yuuri con curiosidad.

Yuuri tragó saliva y se limpió una gotita de sudor que se deslizaba por su frente.

—Oh, entonces yo me voy adelantando. Te veo luego, Yuuri —comentó Phichit, separándose de Katsuki y yendo en dirección opuesta.

—¡Phichit! —gritó Yuuri, haciendo el amague de alcanzarlo, pero se detuvo.

Phichit lo miró por sobre el hombro y acto seguido, le guiñó el ojo a Yuuri.

Eros enamorado |AU Viktuuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora