>CALLE<
De forma extraña sentí mis mejillas un poco calientes indicando que se habían sonrojado luego de aquel comentario pero no comprendía el por qué.
¿Nos vamos?- Cuestionó la peliazul
Asentí y comenzamos a caminar hacia mi auto, me llamó la atención la forma en que estaba vestida Poché, su atuendo era bastante sencillo pero sobresalía entre las demás personas.
Llevaba puesta una camisa blanca con unos jeans negros rasgados de las rodillas y tenis vans del color de la camisa.
En cuanto llegamos al auto me coloqué del lado del piloto y conduje hacia una playa bastante linda que conocía, prometí llevarla a un lugar cautivador y aquella playa lo era, el agua era clara y su arena casi blanca, amaba el olor del océano y tomar fotos ahí era una experiencia única.
Aparqué el coche en un pequeño espacio que había antes de entrar a la arena y vi como la expresión de Poché era de asombro total, la combinación del azul del agua con la suavidad de la arena era un deleite para la mirada.¿Vienes?— Dije a la chica embobada que no bajaba del auto.
Graciosa.— Rió un poco y se dispuso a salir del auto intentando alcanzarme.
Me senté en la arena e inhalé hasta que sentí mis pulmones completamente llenos de ese aroma tan fresco y puro, la sensación hizo que cada nervio en mi cuerpo desapareciera dejándome en total calma, en ese momento no podía pedir nada más que seguir ahí más tiempo.
La sensación de alguien detrás mío me sacó de mis pensamientos.Es todo tan bello.- Comentó Poché sentándose a un lado mío.
Lo es... estoy convencida.- Respondí mirando el mar y el atardecer que comenzaba a hacerse presente.
Es por eso que amo la fotografía, ¿sabes?, captura momentos, esencia, personas, algo tan pequeño despierta muchos sentimientos.-
No podía creer lo que estaba escuchando, por primera vez en dos años dentro de aquel instituto del cual mi padre es el dueño una persona me decía algo que sonaba en verdad honesto respecto a la carrera.
Me gustaba su forma de pensar... era tan natural, tan ella.Siempre había querido escuchar que alguien se expresara de esa forma, claro, además de mi cabeza.
Poché en ese momento se levantó y alce la mirada intentando ver su rostro, noté una sonrisa en sus labios y devolví la misma.
Comenzó a caminar a la orilla del mar mientras zafaba sus zapatos dejándolos tirados por ahí en la arena permitiendo que el agua hiciera contacto con sus pies.¡Ven... por acá es bastante lindo también!- Gritó con aquel acento colombiano que en verdad me gustaba.
Comencé a desatar las agujetas de mis tenis para ir con ella y tener un poco de contacto con el agua, me hacía falta, tenía mucho tiempo que no venía y el estrés de la gente en la ciudad estaba por matarme.
Si me caigo en este instante seguro comenzarías a reír sin parar.- Bromeé recordando el incidente del gimnasio
Si tu cara es como la de hace unas horas entonces ten por seguro que si.
Ambas comenzamos a reír y por unos segundos me distraje en el atardecer tan hermoso, las distintas tonalidades de naranja, rojo y amarillo inundaban el cielo pidiendo a gritos que lo capturaran en una imagen.
De pronto una sensación húmeda en mi cuerpo hizo que reaccionara y un escalofrío recorrió cada rincón de mi piel mientras escuchaba la risa de aquella chica.Ush... esto me lo pagas, ¿tienes idea de lo sencillo que es estropear esta ropa?- Pregunté bromeando.
Eres tan princesa...- Hizo una pausa y volvió a tirar agua encima mío.- Ahora si está arruinada.
Quité mi chaqueta de mezclilla riendo un poco y la dejé sobre un banco que había en la playa para que no se estropease más, fui con ella y comencé a echarle agua dejándola completamente empapada.
Estamos a mano.- Sonreí victoriosa.
Decidí volverme a sentar en la arena observando cómo la noche se apoderaba del cielo abriendo paso a la luna cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo entero, la temperatura había bajado y me encontraba mojada por el juego de hace unos instantes.
Aquí tienes.- Escuché la voz de Poché detrás mío mientras colocaba mi chaqueta de mezclilla encima de mi cuerpo dejando mis brazos fuera de las mangas.
Gracias.- Respondí sonriendo mientras ella tomaba su lugar a un lado mío.
>POCHÉ<
Tomé asiento a su lado mientras la obscuridad de la noche se hacía presente, su cabello húmedo caía a la altura de sus hombros.
>¿Qué te está pasando Poché?< Cuestioné dentro de mi mente al verla sonreír.
Dejé mi mirada fija de manera involuntaria en ella y observaba cada pequeña facción de su rostro mientras ella miraba el mar, sus labios carnosos, la perfecta unión entre sus ojos y su nariz, sus pestañas largas y el brillo en su mirada.
De pronto ella me miró y puedo jurar que sentí mi respiración acelerarse, estábamos más cerca de lo habitual y ninguna se movía o pronunciaba palabra hasta que su celular comenzó a sonar dentro de la chaqueta.Lo siento... dame un minuto.- Pronunció un tanto nerviosa mientras llevaba el aparato a su oreja.
-¿Aló?- Habló esperando respuesta del otro lado.-Si papá, estoy en camino, se me hizo un poco tarde.- Su mirada se centró en el suelo y siguió atendiendo la llamada.- Llego allá en 10 minutos, solo déjame pasar a dejar a una amiga.-
>¿Amiga?, bueno, por algo se comienza< Una risa se escapó de mis labios mientras ella daba fin a la llamada.
Lo lamento, debo irme, pero si quieres puedo dejarte en tu casa.
Asentí y comenzamos a caminar al auto, era ya noche y para ser sincera me encontraba agotada.
Condujo hacia mi casa y una vez afuera nos despedimos pero justo cuando me disponía a entrar Daniela llamó mi atención.Poché.- Me llamó desde afuera del auto haciendo que volteara.
¿Si, Daniela?- Respondí burlando un poco.
Llámame Calle, así me dicen mis amigos, ¿te parece si te doy mi número de celular por si se te ofrece algo?- Cuestionó y una sonrisa nerviosa se dibujó en mis labios.
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Amores pasajeros
Teen FictionUn amor de adolescentes ¿qué podría salir mal? Un corazón roto jamás dolió tanto como aquella vez para Calle, en realidad jamás había tenido un corazón roto. Es interesante la forma en que ilusiones, sueños, esperanza y palabras bonitas te hacen sen...