Un amor de adolescentes ¿qué podría salir mal?
Un corazón roto jamás dolió tanto como aquella vez para Calle, en realidad jamás había tenido un corazón roto. Es interesante la forma en que ilusiones, sueños, esperanza y palabras bonitas te hacen sen...
Al comenzar el viaje hacia el bosque me sentía bastante conforme con mi compañero, Adam era excelente y daba gracias que no me hubiese tocado con Blake, me sorprendía que estuviese aquí debido al viaje que se supondría que haría con su padre, por otra parte Calle se encontraba un asiento adelante de la fila contraria y podía observar perfectamente cómo el chico a su lado la hacía reír, aquello me llenaba de celos.
Es bastante apuesto, ¿te causa conflicto?- Adam me sacó de mis pensamientos dirigiendo la mirada hacia Calle y el tal Connor.
En absoluto, los celos no son mi estilo.
Cuando se trata de ella claro que lo son, Poché. Pensé
Por supuesto, entonces supongo que no tienes problema ahora que le está tomando la mano.- Dijo el chico mientras comía las papas que había ido a comprar hace unos minutos.
Dirigí mi mirada hacia ellos y apreté la mandíbula con fuerza al observar que era verdad, le estaba tomando la mano y Daniela parecía reírse y disfrutarlo.
Ey calma, otro poco y expulsas humo por la nariz.- Adam de echó a reír luego de decir aquello.
Basta, eres un estúpido.- Bajé la mirada y conecté los auriculares a mi celular.
Relájate un poco Garzón, el camino es largo y ellos estarán juntos en todo ese tiempo.
Cosa que no me interesa, Murphy.- Puse los ojos en blanco y coloqué los auriculares en mis oídos.
Era obvio que aquello causaba un mar sin fin de celos en mi, pero no iba a admitirlo, menos frente al idiota de Adam, podría aprovecharse de ello y molestarme por el resto de mi vida. Cerré los ojos y me recliné en el asiento de aquel autobús que era más cómodo de lo que imaginaba, el sonido de la música en mis tímpanos lograba calmar cada nervio en mi cuerpo y sin quererlo me quedé dormida de pronto. Hasta que alguien comenzó a agitar mi cuerpo como si quisiera despertarme, abrí los ojos de golpe un poco asustada.
Te espero acá.- Susurró Daniela en mi oído luego de quitar el auricular y pude ver como se introducía en la habitación con pequeñas literas que existía en el bus.
¿Por qué querría verme ahí?, tal vez para que Blake no hiciera un drama y poder hablar tranquilas.
De inmediato me puse de pie y fingí con Adam que me dirigía al baño, con cuidado entré en la habitación aquella ya que no nos tenían permitido el paso hacia ahí, vi a Calle sentada en una de las literas en la parte baja.
¿Qué sucede?- Cuestioné mientras me acercaba a ella.
Sucede que ya no aguanto.- Respondió levantándose de golpe mientras colocaba su mano en mi entre pierna cosa que me prendió al instante.
Daniela comenzó a frotar su mano con esa parte de mi cuerpo por encima del pantalón mientras besaba mis labios, coloqué mis manos en su trasero y lo sujeté con fuerza a lo cual ella jadeó un poco.
¿Estás segura?- Cuestioné en un susurro, ella de inmediato asintió y levantó mi blusa para deslizarla hasta quedar fuera de mi cuerpo.
Sin dudarlo se lanzó sobre mis pechos y comenzó a besarlos, podía sentir su lengua juguetear en mi piel acompañada de pequeñas mordidas que hacían tensarse cada nervio que antes estaba relajado. La acosté en la cama y quité la sudadera que llevaba puesta junto con una pequeña blusa de tirantes, observé su torso semidesnudo y comencé a besar su abdomen mientras ella cerraba los ojos y se reclinaba hacia atrás, me detuve en donde comenzaba su pantalón y chocamos miradas, reflejaba malicia en sus ojos.
Poché...- Susurró volviendo a recostarse.
Desabroché su pantalón y lo baje hasta quitarlo por completo, sus bragas eran blancas y se sentía el calor que emanaba de ahí, moría por comerme esa parte de su cuerpo completamente, mis dedos comenzaron a rozar su feminidad quedando un poco húmedos mientras Calle soltaba gemidos pequeños y suplicaba que lo hiciera ya. Bajé las bragas y la observé
Joder, eres tan perfecta. Mordí mi labio inferior y me dispuse a dejar besos pequeños en su zona haciéndola jadear.
Por favor...- Pidió casi inaudible.
Hice que mi lengua se paseara desde abajo hasta la parte superior de su sexo mientras salían jadeos de lo más interior de ella, comencé a morder y a lamer su clítoris, algo en mi estaba encendido, encendido solo por Daniela Calle, se estaba convirtiendo en dueña de cada minúsculo espacio de mi ser. Subí nuevamente a sus labios y la besé con pasión mientras mis manos desabrochaban el sujetador dejando así completamente descubiertos aquellos hermosos senos que había anhelado ver siempre. Llevé mi mano a su entrepierna nuevamente e introduje mis dedos dentro de sus labios vaginales, todo estaba tan húmedo y sentía el calor proveniente desde su interior, Calle comenzó a soltar pequeños gemidos.
Poché... entra ya.- Suplicó en un hilo de voz mientras cerraba los ojos.
Obedecí sus órdenes e introduje mis dedos índice y anular, sentí una descarga de electricidad recorrerme desde la punta de los dedos de los pies hasta la parte superior de la cabeza, repetí ese movimiento constantemente sacando los dedos y volviendo a sumergirlos, poco a poco sentí su cuerpo debilitarse a un lado mío y los gemidos se apoderaban de ella, tuve que colocar mi mano para cubrir su boca o nos descubrirían.
Estoy...- Dijo con la voz entrecortada y de inmediato quité mi mano para permitirle hablar.- A punto de...- Mis dedos se movía cada vez más rápido y parecía no permitirle terminar la frase.- Oh...- Soltó y sentí toda mi mano humedecerse.
Se había corrido, su cuerpo descansó en la cama y pude notar las gotas de sudor que se acumulaban en su frente, mis piernas temblaban así que me limité a recostarme a un lado suyo, mi respiración estaba agitada.
Eso fue maravilloso.
De pronto sentí su mano tomar la mía y entrelazar nuestros dedos, el momento era fascinante, tanto amor, tanta pasión, el corazón estaba a punto de salirse de mi pecho de no ser porque sentimos el bus detenerse con un fuerte tirón y los cuchicheos en la parte donde se encontraban todos los alumnos se hicieron presentes.
Vístete y te espero afuera.- Le indiqué mientras tomaba mi camiseta y colocaba un beso corto en sus labios para así salir de aquella pequeña habitación que fue testigo de uno de los mejores momentos en mi vida.
