Podría ser.

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>POCHÉ<

Finalicé la llamada y sentí el aire por fin volver a llenar mis pulmones, alcé la vista y ahí estaba mi frutilla, al parecer hablando con la prensa.

¿Qué opina tu padre sobre la relación que llevas con María José Garzón?- Escuché que le cuestionó una señora rubia, todas las cámaras le apuntaban y la miraban aguardando su respuesta.

Por un segundo la vista de Calle se posó en mi y pareció analizar la situación.

Les pido que sean preguntas exclusivamente acerca del orfanato y lo relacionado a ello, gracias.- Respondió y sus hombros se relajaron.

Comencé a caminar hacia el baño para mojar un poco mi nuca y relajarme, en el pasillo me encontré con Jake, comía una paleta y al verme sonrió.

¡Poché!- Corrió y sujetó mis piernas en un abrazo, no pude evitar sonreír.

¿Qué haces pequeñuelo?- Acaricié un poco su cabello castaño claro.

Vale me compró esta paleta.- Se separó de mi y le dió una gran lamida al caramelo.- ¿Y Calle?

Está solucionando asuntos de grandes, ¿a donde ibas?- Me puse de cuclillas para estar a su altura y mirarlo directo a sus ojos verdes oliva.

Quería buscar a Sofía, ella es una amiga mía y la quiero mucho.- Sonrió mientras asentía.

Uy Jack.- Le sonreí de una forma traviesa.- ¿Ella te gusta?

Sus ojos se abrieron como platos y yo comencé a reír.- Un poco, supongo.- Seguía lamiendo el dulce que llevaba en sus manos.- Somos amigos.- En su carita de dibujó un aspecto pensativo y luego me miró.- ¿Los amigos se gustan, Poché?

De vez en cuando así pasa, pequeño.

Cuando las personas se gustan, se casan, eso me ha dicho Sofía.- El niño se encogió de hombros y me pareció tierna la inmensidad de su inocencia.

Cuando se quieren mucho lo hacen.

¿Tu y Calle se casarán?- Sus labios se curvaron en una sonrisa y los míos también al imaginar esa escena.

Podría ser.- Llevé mi mano al cabello del pequeño y lo alboroté.- Ahora ve a buscar a Sofi.

Me incorporé y el pequeño salió corriendo.

Me imaginé junto a Calle en un altar, ambas vestidas de blanco y sentí mi corazón acelerarse, una sonrisa nerviosa colgó de mis labios y solo negué haciendo que esas ideas se esfumaran de mi cabeza.
Comencé a caminar hacia el sanitario y al entrar rápidamente me acerqué al lavamanos para mojar un poco mi nuca; el contacto del agua fría con mi piel hizo que mis ojos se cerraran y una pequeña parte de mí sintiera paz, necesitaba relajarme luego de todo lo que estaba sucediendo.

Podría ser.

Repetía las palabras que le había dicho al pequeño en mi mente.

Tal vez algún día, Poché...

Solté un suspiro exasperante y me dispuse a salir del baño, los niños corrían por el patio y vi a Calle cargando a Toby, estaba bastante feliz, ¿Cómo era posible que existiera una persona tan maravillosa?
Decidí acercarme a ella y al llegar me sonrió.

Amor, debemos ir a donde mi papá, acaba de llamarme.- Me informó y yo asentí.

¿Quieres que vaya contigo?- Cuestioné mientras ella bajaba al pequeño.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora