Estudio.

550 28 0
                                    

>CALLE<

Luego de aquella noche pasó una semana, mis planes para el viaje a México iban en aumento, una sorpresa hermosa y muy bien planeada aguardaba por Poché en ese país.

- De acuerdo, entonces prepáralo en la zona trasera de la casa.- Confirmé.
- Perfecto Dani, todo estará listo para cuando lleguen.-

Le agradecí a la chica que atendía mi llamada del otro lado de la línea y la finalicé, tomé asiento en el borde de la cama sin dejar de mirar el celular. Cuando me dispuse a salir de la habitación choqué con Poché que estaba en el umbral de la puerta.

Ush gorda.- Dije mientras sobaba la rodilla que había golpeado con su cuerpo.- ¿Qué haces ahí?

¿Con quién hablabas?- Cuestionó cruzando los brazos.

¿Hum?- Aparenté confusión y le dediqué una mirada con el ceño fruncido.

No te hagas boba Daniela, estabas hablando por teléfono.- Sus brazos de mantenían cruzados y me miraba con una chispa de enojo.

Amor no era nada, tan solo algunos pendientes por solucionar.- Intenté tranquilizarla mientras me acercaba a tomar su cintura pero su mal genio era enorme.

Hay algo que me ocultas.- Frunció el ceño.

Deja de ser tan paranoica.- Solté irritada.- Tan solo es una sorpresa para el viaje, pero no me dejas hacerte detalles lindos.

Un brillo de alegría cruzó su mirada al escuchar mis palabras y solté mi agarre de su cuerpo, me daba un poco de rabia no poder planear las cosas perfectas como en mi mente habían sido imaginadas.
Salí de la habitación y me dirigí a la cocina dispuesta a preparar unas quesadillas para el desayuno, era un poco temprano y mi estómago exigía alimento.

Amor perdón.- Poché se quedó en la barra que dividía la cocina del comedor y me miró con ojos de cachorro.

¿Cuándo podré hacerte una sorpresa sin que pienses que te oculto algo muy malo?- La miré fijamente y ella sonrió.

Para ser honesta, tú tampoco eres muy buena disimulando.- Entrecerró los ojos y una sonrisa se dibujó en mis labios.

Eres una estúpida.- Respondí girándome nuevamente para continuar preparando el almuerzo.

El almuerzo transcurrió como de costumbre, hablamos un poco sobre el viaje y acordamos que haríamos maletas llegando, de pronto se escuchó un bostezo cargado de pereza asomarse por el cuarto de Vale hasta que apareció la pequeña frotándose los ojos.

Buenos días, pulga.- Poché se levantó y plantó un beso en la cabeza de la pequeña.

Buenos días, piojo.- Vale sonrió, tomó asiento y sirvió unas cuantas quesadillas.- Buenos días Dani.

Buenos días Vale, ¿harás tu maleta hoy?- Pregunté mirando como se introducía un bocado de quesadilla.

No lo sé.- Habló con la boca aún llena y eso me hizo soltar una risa.- Dustin me invitó a ver una película, supongo que haré la maleta más tarde con ustedes.

Uy Vale.- Poché la miró coquetamente.- Dustin ¿huh?.

¡Basta!- Gritó al sentir sus mejillas tornarse calientes.- Me iré a duchar antes que me convierta en un tomate con patas.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora