>POCHÉ<
El camino de vuelta a la ciudad fue de lo más tedioso:
-El chico junto a mi se la pasaba haciendo comentarios totalmente arrogantes.
-Moría de hambre y todas las barras nutritivas que empaqué en mi valija ahora se encontraban por algún caño (ya saben, el ciclo de la digestión).
-Mis audífonos se dañaron.Se que no es una lista gigante, pero todas aquellas cosas juntas hacían un camino de vuelta bastante fastidioso, cuando al fin pude llegar y recostarme en mi cama sentí que todo volvía a su perfecto estado natural, cerré mis ojos y el sueño gobernó en mi cuerpo.
Al día siguiente el dolor de espalda era tremendo, había dormido en una posición excesivamente incómoda y sentía que cada hueso en mi crujía al levantarme de la cama, pero, me sentía relativamente mejor, nada que un baño de agua caliente no solucionara.Al salir de la regadera un mensaje llegó a mi celular.
-Buenos días dormilona.- Era un texto de Calle.
-Buenos días gorda, ¿qué tal amaneciste?- Teclee rápidamente y dejé el celular a un lado mientras cepillaba mi cabello.
Elegí un atuendo bastante sencillo, mi intención no era ir al instituto debido a que mi humor estaba por los suelos y ni hablar de mi cuerpo debilitado.
Cuando comenzaba a colocarme mis tenis blancos escuché el tema de mi celular sonar indicando que entraba la llamada de alguien, en la pantalla estaba plasmado el nombre "Mi amor", una sonrisa boba sé dibujó en mi rostro y de inmediato respondí.-Buenos días hermosa- Escuché su voz del otro lado de la línea, parecía feliz.
-Dormiste bien, ¿cierto amor?- Solté una pequeña risa, coloqué el celular entre mi mejilla y mi hombro para poder así seguir atando mis agujetas.
-No tienes ni idea, oye amor.- Las ultimas dos palabras las pronunció con un tono de bebé, Calle había tomado la costumbre de hablar así o formar un puchero con su labio inferior cada que me pediría algo. (Era la cosa más bella que existía).
-Oigo mi amor.-
-Es que mis papás organizaron un evento para asuntos de negocios y estar ahí en verdad me da mucha pereza y aburrimiento, quisiera saber si te gustaría venir conmigo.- Algo me decía que estaba haciendo uno de esos hermosos pucheros ahora mismo del otro lado del teléfono aguardando a que aceptara.
-Amor, pero, ¿estás segura?- No me mal interpreten, pero el tema de los señores Calle siempre había sido muy delicado y me sorprendía que ahora quisiera involucrarme con ellos.
-Bebé solo seremos tú y yo, en todo caso solo te presentaré normal...- Sabía a que se refería.
-De acuerdo, tú ganas, mándame tu dirección.-
-¡Estupendo! Comienza a las 11:00 am, ponte algo elegante, te quiero amor.-
-También te quiero gorda.-Finalicé la llamada y casi de inmediato llegó su mensaje de texto con la dirección, sentía nervios, había escuchado hablar mucho sobre los padres de Daniela, sin embargo me mataba de miedo saber que los conocería, quiero decir, ¿y si algo sale mal?
Dejé mis pensamientos negativos a un lado y busqué en mi ropero un vestido corto, sencillo, pero espectacularmente elegante, a mi parecer perfecto para hoy, me cambié rápidamente y revisé la hora en mi celular, faltaban 30 minutos para las 11:00 am.
Fueron los 30 minutos más cortos de mi vida, sin pensarlo subí a mi auto y conduje a la dirección que me había enviado, al llegar me encontré con una casa gigante, con rejas y una caseta de vigilante al comienzo de la propiedad.Buenos días, ¿viene al evento?- Cuestionó el vigilante asomando la cabeza por una de las ventanas de aquella caseta, asentí y de inmediato las rejas se abrieron permitiéndole el paso a mi coche.
Conduje hasta una zona donde habían chicos estacionando los automóviles, me solicitaron las llaves del mío y lo aparcaron en un santiamén para luego hacerme una nota con mi nombre y el número que le había sido asignado a mi vehículo.
Comencé a caminar a la entrada de la mansión y en las puertas se encontraban Daniela y lo que me supongo sus papás, un señor no muy grande con traje negro de alta costura y una señora con un vestido corto bastante hermoso.
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Amores pasajeros
Teen FictionUn amor de adolescentes ¿qué podría salir mal? Un corazón roto jamás dolió tanto como aquella vez para Calle, en realidad jamás había tenido un corazón roto. Es interesante la forma en que ilusiones, sueños, esperanza y palabras bonitas te hacen sen...