>CALLE<
Al salir del baño lo primero que mis ojos percibieron fue a la más pequeña de los Garzón que me miraba estupefacta.
¿Sucede algo, Vale?- Cuestioné.
Escuché sin querer lo que Liz te dijo.- Me informó soltando un suspiro pesado.
Oh. Eso.- Mis hombros bajaron e intenté lucir relajada.- No fue nada.
¿Nada? Debes decirle a Poché.- Su tono de voz parecía molesto.
No creo que sea relevante.- Noté que el haber escuchado aquella discusión la afectó.- No tienes nada de que preocuparte Vale, yo hablaré con tu hermana.
Coloqué una de mis manos en su hombro para mirarla a los ojos e inspirarle paz y ella acomodó un mechón de cabello tras su oreja.
Siento mucho lo de tu papá, Calle.- Sus brazos se prensaron a mi cuerpo y un sentimiento de ternura me invadió.
Por cierto, ¿y Poché?- Por un segundo se me había olvidado que supuestamente estaban juntas.
La acompañé por un café y luego de eso ella dijo que iría a buscarte.
Nos separamos y comenzamos a caminar hacia el área de bocadillos, mi padre se encontraba a unos cuantos metros charlando con personas que aparentaban elegancia y superioridad.
Tomé un pequeño emparedado y sentí una mano posarse en mi hombro desde detrás.Dan.- La voz grave de Germán hizo que mi cuerpo se paralizara.
Comencé a girarme despacio y su rostro me aguardaba con una sonrisa amable.
Papá...- Mi voz se había escuchado casi como un susurro, el cual él pudo percibir y una sonrisa de oreja a oreja deslizó sus labios.
Me alegro que estés aquí.
Si bueno, tenía que estarlo.- Bajé la mirada.
El no lo decía porque en verdad se alegrara de que yo estuviese aquí, si no que era algo que él solía decirle a todos los invitados.
Estuve pensando Daniela.- Su frase captó mi atención y lo miré esperando a que dijera algo más.- Me gustaría charlar con María José, el hecho de que ella sea mujer no la libra de la charla paternal.
Mis hombros se relajaron, la charla "paternal" la daba mi padre a cada chico que se volvía pareja mía, incluía hablarle sobre el buen trato, el respeto, algunas advertencias sobre si me hacía daño, y una larga letanía sobre sexo seguro.
Honestamente no sé.- Busqué con mi mirada rápidamente entre la gente a la peli-azul hasta localizarla con Liz, logré captar su atención mediante algunos movimientos extraños con las manos y le indiqué que se acercara.
María José Garzón.- Habló mi padre una vez que ella se colocó a mi lado.
Señor Calle.- Respondió con una sonrisa algo forzada mientras tomaba mi mano y entrelazaba nuestros dedos.
Hay algo de lo que debo charlar contigo.- Mi padre acomodó las solapas de su saco y le indicó si caminaba a su lado.- ¿Me acompañas?
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Amores pasajeros
Novela JuvenilUn amor de adolescentes ¿qué podría salir mal? Un corazón roto jamás dolió tanto como aquella vez para Calle, en realidad jamás había tenido un corazón roto. Es interesante la forma en que ilusiones, sueños, esperanza y palabras bonitas te hacen sen...