>CALLE< (+18)
Hoy era nuestro último día en México debido a la llamada de anoche por parte de Germán. No quería volver tan deprisa, estaba disfrutando mucho aquí con Poché y lo que más anhelaba era que esto no llegara a su fin nunca.
Gracias a nuestro regreso tan repentino, tuve que cambiar las sorpresas de lugar, el pequeño detalle de hoy fue cancelado para recorrer el que era en verdad importante.Había planeado un gran espectáculo para ella en nuestra última noche, sin embargo ahora debía ser esta noche en lugar de mañana.
Al colgar la llamada con Kylie (la cual se había estado quedando en una cabaña cerca de aquí que sería parte de la sorpresa) ya estaba todo solucionado, esa mujer era demasiado hábil a la hora de relacionarse con el resto de personas.
Salí del baño para encontrarme con una alegre Poché que sonreía sin parar.Amo tu sonrisa.- Le informé mientras me acercaba a ella que se encontraba en la cama sentada.- Pero. ¿No te duelen las mejillas gorda?
Graciosita.- Rió levemente.
Ambas ya habíamos tomado una ducha, el día apenas comenzaba y la sorpresa era hasta el oscurecer así que optamos por quedarnos mirando películas hasta que llegase la hora.
Poché tenía la cabeza recostada sobre mi pecho mientras mirábamos el televisor, de pronto aparecieron escenas de unas chicas teniendo sexo y pude apreciar como la peliazulada apretaba levemente las piernas.¿Pasa algo?- Cuestioné con una sonrisa pícara.
Eh... no.- Respondió sin mirarme.
Me levanté un poco para hacerla mirarme y sonreí.
¿Hay algo que desees?- Hablé mientras ponía mi mano en su cintura y me acercaba a su boca lentamente.
Nada en específico.- Susurró una vez que nuestros labios estaban a tan solo centímetros.
Entonces supongo que no sucede nada si hago esto.- Bajé mi mano a su muslo para acariciarlo mientras ella se estremecía.
Me coloqué sobre ella para comenzar a besar su cuello despacio logrando así enloquecerla, mis besos lentamente comenzaron a dirigirse hasta su clavícula. Al llegar a ésta mordí su piel y sonreí, sin pensarlo llevé mis manos hasta el borde de su camisa para sacarla lentamente, Poché alzó las manos y la camisa cayó al suelo permitiéndome admirar sus pequeños pero hermosos pechos ya que no llevaba sostén.
Me encantan.- Susurré en su oído para luego morder su lóbulo.
Noté cómo apretó los ojos con fuerza y luego volví a descender con un camino de besos húmedos desde su cuello hasta uno de sus pechos, la punta de mi lengua comenzó a jugar al rededor de su pezón haciendo su piel erizarse, lentamente coloqué mis dientes sobre el mismo y lo jalé con delicadeza logrando hacerla jadear.
En pocos instantes ambas ya estábamos completamente desnudas, el deseo desbordaba de nuestros centros húmedos mientras que las caricias iban en aumento; mi cuerpo permanecía sobre el de Poché y podía sentir que su cuerpo se tensaba cada que succionaba ligeramente alguno de sus pechos. De a poco comencé a bajar mi mano recorriendo su abdomen hasta debajo de su ombligo, mis labios habían apricionado los suyos en un beso apasionado que aceleraba mi respiración cada vez más. Cuando las yemas de mis dedos recorrieron la parte superior de su centro en automático sus piernas fueron abriendóse lentamente en respuesta a mi tacto.
Eres tan hermosa.- Susurré al tiempo que posicionaba mi rodilla en su feminidad para crear fricción.
Mmm...- Jadeó Poché echando su cabeza hacia atrás, acaricié su clítoris y ella mordió su labio inferior conteniendo un gemido.
No los reprimas.- Le pedí mientras reemplazaba mi rodilla por la mano.- Gime para mi.
Mi boca se fue directo a uno de sus pechos mientras que dos de mis dedos se introdujeron en sus labios vaginales para acariciar su entrada ahora completamente mojada.- Oh... Si.- Gimió y sentí una corriente eléctrica recorrer mi espina dorsal.
Decidiendo no hacerla esperar más, introduje dos de mis dedos, se deslizaron en su interior con facilidad debido a lo mucho que estaba húmeda.
¡Oh mierda!- Sus uñas se clavaron en mi espalda causandome placer.- Por favor continúa.
Mis movimientos comenzaron a intensificarse, con el transcurso de los segundos eran cada vez más ágiles y rápidos, sentía el calor recorrer cada fibra de mi cuerpo. Sin duda no quisiera estar de esta forma con nadie, solo con Poché. Pronto agregué un tercer dedo y un gemido suyo inundó por completo la habitación.
No puedo...- Intentó hablar pero su respiración entrecortada no se lo permitía.- No aguanto más.
Aún no.- Dije para luego salir de ella, sus ojos se abrieron de golpe y yo comencé a bajar lentamente dejando a mi paso un camino de besos humedos sobre su piel.
Cuando tuve su centro palpitante frente a mi no pude evitar relamer mis labios, el calor que emanaba aquella zona me estaba desquiciando, alcé un poco la vista para encontrarme con la mirada de Poché que prácticamente me suplicaba. Mi boca entera se fue directamente a su clítoris, comencé a morderlo y succionarlo.
¡Oh! ¡Si así!- Sus manos se colocaron en mi cabeza para impedir detenerme, mordí levemente y ella tiró de mi cabello con suavidad.
Mi lengua comenzó a explorar toda su intimidad mientras que con una de mis manos masajeaba su clítoris, esa pequeña parte hinchada que palpitaba de deseo, con los dientes capturé sus labios superiores, sentía todos sus jugos en mi boca, ella sabía jodidamente bien.
¡Mierda Daniela!
Inicié un movimiento constante para penetrarla con la lengua, la introducía y volvía a retirar, sus manos en pocos segundos abandonaron los cabellos de mi cabeza para aferrarse a las sábanas, todo su cuerpo comenzó a temblar, sentía como iban disminuyendo sus fuerzas hasta que sus gemidos se hicieron cada vez más potentes obligándome a intensificar mis movimientos.
Creo que...- Intentaba hablar entre jadeos.- Mierda, me correré.
Por favor.- Le pedí mientras reemplazaba mi boca por mi mano por un segundo.- Córrete para mi, Poché.
Mi boca volvió nuevamente a su feminidad, sujeté con firmeza su cadera para mantenerla cerca de mis labios y de pronto todo su cuerpo se sacudió, las piernas le fallaron, su espalda se arqueó y echó la cabeza hacia atrás al tiempo que un fuerte gemido escapaba de su garganta y entonces todos sus jugos fueron depositados en mi boca.
Luego de aquello la tomé entre mis brazos, su respiración tenía un ritmo anormal al igual que la mía y sentía su corazón latir a toda velocidad, por un segundo creí que saldría de su pecho. Ella se aferró a mi cuerpo, descansó su cabeza en el hueco entre mi hombro y mi cabeza para cerrar sus ojos.
Te quiero tanto.- Habló con la voz ronca.
Y yo te quiero aún más.- Respondí tiernamente mientras depositaba un delicado beso sobre su cabeza.
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================= • =================Endless love:
Claus.
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Amores pasajeros
Teen FictionUn amor de adolescentes ¿qué podría salir mal? Un corazón roto jamás dolió tanto como aquella vez para Calle, en realidad jamás había tenido un corazón roto. Es interesante la forma en que ilusiones, sueños, esperanza y palabras bonitas te hacen sen...