>POCHÉ<
¿Qué haces tú aquí?- Le pregunté y una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro.
Vamos Poché, se suponía que sería una sorpresa.- Pasó sin pedir permiso y dejó una maleta en el sofá, Calle la miraba con asombro como si no pudiera comprender.
¿Es ella tú novia?- Cuestionó mirando a Calle.
Si, lo es, ¿papá sabe que estás aquí?- La vi tomar asiento en el sillón complemente confiada y mirando todo al rededor, como si estuviese examinando el lugar.
Por supuesto, no podría comprar un boleto de avión yo misma.- Sonrío y suspiré, era la última persona que esperaba ahí en ese momento. Ahora, ¿donde puedo dejar mi maleta?
Esto debe ser una broma.- Solté un suspiro pesado y me volví a sentar frente a la barra.
Vamos pulga, ¿no estás feliz?- No respondí a su pregunta y pareció no prestarle atención.- Bien, ¿cuál es tu nombre?- Ahora le hablaba a Daniela.
Soy Daniela, Daniela Calle.- Respondió amablemente mientras le dedicaba una sonrisa algo dudosa así que decidí intervenir.
Me puse de pie y llevé a Daniela frente aquel ser pequeño y rosado que había llegado a invadir mi hogar.
Amor...- Suspiré y por un segundo mi mirada se bajó al suelo.- Ella es Valentina Garzón, mi hermana menor.
Una capa de alegría y asombro cubrió su rostro (no esperaba esa reacción), estrechó su mano y se presentó como Daniela Calle, mi novia.
Ambas sabíamos que aun no era oficial debido a que no lo había pedido ninguna pero el sentimiento estaba ahí.La hermana más adorable qué tienes.- Corrigió Vale con un toque de superioridad en su tono.
Oh basta, vamos pequeño monstruo, te mostraré tu habitación.- Calle rió y Vale puso los ojos en blanco mientras que yo comenzaba a caminar hacia la otra habitación disponible.
La pequeña polluela colocó su valija sobre la cama, yo tengo en cuenta que mi recibimiento no fue exactamente el más cálido ni el más amoroso, sin embargo no tenía planeado nada de esto, la situación se encontraba realmente tensa con todo el asunto de la familia Calle y la llegada de Vale implicaba algunas circunstancias como constantes llamadas de mi padre para informarle sobre el cuidado de la menor.
Vale rodeó mi cuerpo con sus brazos en un abrazo el cual de inmediato correspondí, mi relación con ella era la más divertida, confiada y amorosa que pudiera haber presenciado.
Lamento haberte tratado así, solo no es uno de los mejores momentos.- Me disculpé mientras acariciaba su cabello.
Es bonita.- Dijo y alzó la mirada para posarla en la mía sin soltar su agarre.
Lo es.
Ambas sonreímos y un rugido se apoderó del momento, la pequeña Garzón estaba hambrienta así que la llevé hasta la cocina y le preparé un desayuno instantáneo y que fuese por lo menos comestible, mi fuerte jamás había sido la cocina.
Incluso hubo un tiempo en el que tomé clases de gastronomía, hasta ese momento jamás había escuchado que un profesor vetara a un alumno de las instalaciones, mi destino en la cocina era realmente trágico.¿No moriré si como esto?
¿Prefieres morir de hambre?- Sonreí con falsa amabilidad.
Me senté en el banco alado suyo que se encontraba frente a la barra y la miré comer el primer bocado con disgusto hasta que los sabores se apoderaron de sus papilas gustativas y su expresión cambió a una sonrisa agradable.
La noche pronto se hizo presente y nos encontrábamos las tres sentadas en el sofá de la sala mirando una serie de Netflix, Daniela estaba prensada a mi.
Las ganas de ir al baño me inundaron y me levanté para dirigirme al sanitario.
Cuando estaba por salir me percaté del sonido de voces que provenían de la sala y presté un poco de atención.
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Amores pasajeros
Teen FictionUn amor de adolescentes ¿qué podría salir mal? Un corazón roto jamás dolió tanto como aquella vez para Calle, en realidad jamás había tenido un corazón roto. Es interesante la forma en que ilusiones, sueños, esperanza y palabras bonitas te hacen sen...