Vieja amiga.

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>CALLE<

El día comenzó de la forma rutinaria, desayunamos, nos duchamos y planeamos salir a comprar un poco de ropa, aun no quería ir al instituto, enfrentar toda la situación de mi padre y Poché sería algo que necesitaría demasiado esfuerzo y paciencia, lo cual aun no se terminaba de formar en mi.
Mi pollo parecía estar más tranquila, en verdad no podía imaginarme el dolor que ella sentía, mi madre siempre estuvo para mi y lo agradecía inmensamente, ella siempre había sido mi confidente, mi aliada contra mi padre y mi mejor amiga.

Son muy lentas.- Expresó Vale con cara de frustración mientras caminábamos por los pasillos del centro comercial.

Tú eres quien parece un pequeño pollo saltarín.- Habló Poché y ambas comenzamos a reír mientras Vale entrecerraba los ojos.

Entramos a una tienda que llamó mi atención debido a algunos vestidos cortos que lucían hermosos, comencé a mirarlos mientras Poché revisaba las sudaderas y demás cosas, Vale permaneció mirando zapatos.
Hallé un vestido corto que llevaba detalles de color rojo, era espectacular, me giré junto con el vestido hacía Poché para mostrárselo y me percaté que una de las vendedoras estaba muy cerca suyo, comencé a caminar en su dirección e interrumpí su charla.

Amor, checa este vestido.- Dije sin prestarle importancia a la chica de a lado.

Está hermoso amor.

Creo que se te vería mejor a ti.- Opinó la rubia trabajadora de la tienda hacia Poché.

Creo que nadie pidió tu opinión.- La miré de pies a cabeza y Poché pareció alarmarse.

Oigan tranquilas...- La peli-azul se colocó entre nosotras en dirección a mi.

No tengo la culpa de que ella sea una loca posesiva.- Su voz irritante hizo que mi sangre hirviera, sonreí de forma irónica y respiré para contenerme.

Y tú eres una ofrecida.- Me defendí con la sonrisa aun plasmada en mis labios.

A ella no le vas a hablar así, es mi novia y te pido respeto.- Poché la miró fijamente por unos segundos y luego se dirigió a mi.- Vámonos amor.

Caminamos al exterior de aquella plaza, mi corazón estaba agitado y sentí los celos apoderarse de cada rincón en mi cuerpo, ¿esa chica qué se creía?
Percibí la mano de Poché entrelazar sus dedos con los míos y mi respiración disminuyó su intensidad, sentirla me daba paz, mi chica se colocó frente a mi y me miró directamente a los ojos.

¿Estás más tranquila?- Preguntó jugueteando con mis dedos de la mano.

Por supuesto.- Respondí sarcásticamente y ella hizo un puchero.

¿Estarás enojada conmigo?- Hizo ojos de cachorro triste y con sus labios formó un puchero aun más grande que el anterior.

Es imposible resistirme a ti. Pensé antes de tomar sus mejillas y acercarla a mi para besarla.

Puaj.- Se hizo presente la voz de la pequeña Garzón haciendo que Poché y yo nos separáramos para presenciar su mueca de disgusto.- Son escenas perturbadoras para mi.

Poché esbozó una sonrisa maliciosa y se acercó a besarme aun con más pasión, comenzó mordiendo mi labio para luego unir nuestras lenguas en un juego desbordante de deseo.
Al comienzo todo se encontraba en orden, después sentí sus manos bajar a mi trasero y sujetar con fuerza, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, detuve el beso un segundo para acercarme a su oído.

No comiences algo que no podrás terminar.- Susurré y mordí un segundo el lóbulo de su oreja, esta vez fue ella quien imitó el acercamiento a mi oído.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora