Su mirada.

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>POCHÉ<

Habíamos llegado a un restaurante que se encontraba cerca del hotel donde nos hospedábamos, cada una pidió un platillo originario de México y mientras comíamos no parábamos de hablar acerca de nuestros primeros días en el instituto.

Era asombroso la forma en que las cosas cambian en un mes, en dos días, en una hora. Toda tu vida podría dar un giro inesperado de ciento ochenta grados en tan solo un día.

¿Recuerdas cuando te presenté a Adam mientras organizábamos lo de la fiesta?- Cuestioné dando un trago a mi bebida, nunca le expliqué a Calle el verdadero motivo de esa presentación tan abrupta.

Si ¿qué hay con eso?- Su ceño estaba fruncido.

Lo hice porque el me confesó que estaba enamorado de ti prácticamente desde su nacimiento.- Al terminar de hablar me fue inevitable no comenzar a reír.

Vaya...- Pronunció mientras reía un poco incómoda.

Ay vamos.- La miré fijamente.- Seguramente hubieron muchísimos además de él.

¿Acaso son celos lo que estoy viendo?- Cuestionó con un tono de voz bastante divertido.

¿Celos? ¿Yo?- Respondí fingiendo demencia.- Creo que requieres urgentemente unos anteojos.

Bufó.- Si. Claro amor.

Estaba a punto de responder cuando el sonido de su celular me interrumpió. Se disculpó y respondió la llamada de inmediato sin retirarse de la mesa, decidí no prestar atención a la llamada así que saqué mi celular y respondí algunos mensajes de papá preguntando qué tal estaba Vale. Tecleé rápidamente respondiéndole que había conocido una amiga en México y últimamente no se separaba de ella ni un segundo.
Me encontraba hundida en mis pensamientos cuando el sonido de algo golpeando la mesa hizo que diese un pequeño brinco en mi asiento e inmediatamente levanté la mirada para encontrarme con Calle irritada.

¿Qué sucedió?- Cuestioné mirándola fijamente, obviamente la llamada reciente la afectó.

Ella dio un corto masaje en sus sienes con los ojos cerrados.- Mi padre ya está al tanto de la conferencia.

¿Te dijo algo?- Me preocupaba hasta donde sería capaz de llegar Germán.

Algo razonable no.- Luego de unos segundos abrió los ojos y me regaló una sonrisa desganada.- Comenzó a gritar como es su costumbre y me advirtió que debía volver a Oxford de inmediato.

¿Cuándo nos devolvemos?- Pregunté colocando mi mano sobre la suya y haciendo intentos inútiles de no mostrar decepción en mi tono de voz.

Después de mañana, temprano.

Fruncí el ceño y ella sonrió.- No comprendo, esa ya era la fecha de vuelta. 

Técnicamente no.- Hizo una mueca de frustración.- El plan era devolvernos dentro de tres días en cuanto amaneciera y ahora debemos viajar un día antes.

Fue el mejor viaj...

Aun no termina.- Me interrumpió, se levantó de su asiento y estiró su mano para ayudarme a levantar.- Por lo pronto debemos salir de aquí, necesito aire, gorda.

Asentí y tomé su mano. Calle pagó la cuenta y comenzamos a caminar tomadas de la mano por la acera y fuera de aquel local. No tenia ni la más remota idea hacia donde nos dirigíamos pero al ir de su mano no me sentía intimidada por no tener un destino.
La noche ya era más intensa, por lo mismo la oscuridad inundaba las calles de ese bello país, mientras caminábamos a pasos lentos pero firmes ninguna pronunció palabra, ella parecía sumergida en pensamientos bastante alejados de la realidad y yo no era quien para interrumpirle.
De pronto mi mirada se posó en ella, tan solo admirándola respirar. Con sus facciones relajadas, mirando hacia enfrente sin percatarse que estaba siendo observada y el hecho de la justicia que le hacían las luces ubicadas en las calles.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora