Chicuelos.

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>CALLE<

Despertar junto a Poché era lo mejor, luego de navidad habíamos vuelto a nuestra casa junto con Vale, las tres habíamos estado mirando televisión casi todos los días hasta hoy, parecíamos murciélagos literalmente.
Justo ahora estábamos viendo Nemo, me encontraba en el pecho de Poché y Vale abrazada a mi hasta que sonó mi celular y lo alcancé.

-¿Aló?- Atendí y miré como Poché pausaba la película.
- Dan, princesa, buenos días.- La voz de mi papá sonó del otro lado de la línea.- Hablaba para recordarte que hoy es el día de visitar el orfanato.- En cuanto escuché sus palabras mi corazón se paralizó.

Mierda, lo olvidé.

- No lo olvidaste, ¿Cierto Daniela?- Cuestionó con cierto tono molesto.
- Papá ¿Quién crees que soy? Por supuesto que no lo olvidé.- Me levanté a toda prisa de la cama y las hermanas Garzón me miraron confundidas.
- De acuerdo, es a las 2:00 pm la convivencia, habrán reporteros y camarógrafos, no me falles hija.-

Luego de eso la llamada terminó y solo alcancé a gritar "Alístense, debemos salir" antes de meterme al baño y ducharme lo más deprisa que pude.
Al salir de la regadera elegí un atuendo bastante sencillo; una blusa de manga larga blanca con rayas negras, un short de mezclilla negro y tenis blancos todo esto combinado con unas gafas hermosas que había recibido en el intercambio.

¿A dónde planeas llevarnos, Dani?- La voz de Vale apareció desde el marco de la puerta.

Ya verán.- Respondí mientras me miraba en el espejo y acomodaba un poco mi cabello.- ¿Y pitufina?

¡Te escuché!- Gritó Poché haciéndose presente en la habitación.

Esa era la intención boba.- Me acerqué a ella y le di un corto beso en los labios.- ¿Te bañaste en donde Vale?

No quedaba de otra amor, prácticamente volaste a nuestro baño.- Comenzamos a reír y luego recordé que ya era tarde así que salimos de la casa para subirnos al auto de Poché.

Le insistí a Poché hasta que me permitió conducir su auto, pronto le pediría a mi papá el mío, de camino al orfanato iba pensando en lo mucho que me emocionaba ver de nuevo a esos pequeños, eran tan alegres y tiernos, llenaban tu día de felicidad.
Cuando era pequeña papá solía llevarme ahí seguido para darles regalos, comer con ellos y jugar, actualmente aún lo hago pero siento que ahora Germán lo hace más por su buena imagen ante la prensa, antes parecía que de verdad le alegraba el corazón convivir con ellos.

Al llegar me bajé del auto y saqué mi celular para ordenar unas pizzas, ellos amaban las pizzas, en especial de pepperoni.
Poché y Vale miraban la gran casa sorprendidas, fuera de aquel hogar había un letrero que decía "Orfanato mil rosas".

Listo, ahora entremos.- Indiqué una vez que finalicé la llamada para las pizzas, tomé la mano de Poché y caminamos las tres hasta la entrada en la cual toqué el timbre.

¡Dani! ¡Qué gusto verte mi niña!- La madre Teresa me sonrió al abrir la puerta y me regaló un cálido abrazo.

Ellas son Poché y Vale Garzón.- Las presenté y la madre las abrazó como si las conociera de toda la vida, aquí siempre habían sido muy amorosos.

Pasen, los niños están en un taller de pintura.- La madre cerró la puerta tras nosotras y al entrar habían unas cuantas cámaras y reporteros no eran demasiadas como para abalanzarse y yo tener que huir.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora