Seguridad.

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>POCHÉ<

Abrí la puerta principal y sentí un escalofrío sacudir cada hueso que conformaba mi cuerpo, el frío que anunciaba el invierno comenzaba a hacerse presente en Oxford, pronto llegó la temporada de nieve, chocolate caliente, regalos y un señor con traje rojo que se adentra en los hogares para colocar obsequios bajo un árbol.
Sin duda era mi temporada favorita del año, por esa razón se encontraba aquí Valentina, le había solicitado a mi padre que le permitiera pasar la navidad y Año Nuevo a lado de su hermana mayor.

¿Puedo confiar en ti?- Entrecerré los ojos para mirar a la castaña.

Oh vamos, ¿qué es lo peor que podría suceder?- Ella comenzó a reír y sentí un alivio hacerse presente en mi ser.

De acuerdo, cualquier cosa llama y solicitaré un permiso para salir de clase.- Aclaré antes de colocar las llaves de la casa en manos de Liz.

Había pedido la ayuda de Liz para cuidar a Vale una semana después de encontrarla en el centro comercial, era hora de volver al instituto ya que las colegiaturas no eran algo tan económico para ser sincera.
Por suerte, Liz tomaba clases en su nuevo colegio por la tarde, así cuando mis horarios de clase finalizaran yo podría hacerme cargo de la pequeña demonio.

Poché, deja de ser tan paranoica.- Tomó las llaves y prácticamente me echó de mi propia casa, Daniela ya aguardaba en el auto así que me apresuré a abordarlo.

Encendí el motor y coloqué mi cinturón de seguridad.
Calle no estaba del todo en acuerdo conmigo respecto a dejar a Vale con Liz, pero ella no la conocía como yo.
El reencuentro con Liz fue algo impactante para mi, sin embargo no estaba dispuesta a permitir que el pasado afectara mi nueva relación con Calle; que apenas comenzaba, Liz y yo fuimos algo pasajero, un amor de pequeñas... ella fue mi primer corazón roto...

¿Todo en orden?- Miré a Daniela antes de arrancar y ella se limitó a asentir sin despegar la vista de la ventanilla.

Solté un suspiro agobiado y pisé el pedal para avanzar, el camino al plantel fue silencioso, incluso incómodo me atrevería a decir, mi vista se desviaba para mirarla por momentos y ella seguía en la misma posición.
Al llegar detuve el auto en el estacionamiento y me quedé por un segundo contemplando a todos los alumnos que llegaban al lugar con sus autos lujosos, seguramente gracias a sus padres.
Ninguna de las dos articuló palabra, respiré profundo y tomé mi mochila del asiento trasero del auto.

Creo que es hora de que bajemos.- Sugerí abriendo la puerta de mi lado y ella hizo lo mismo.

Ella caminó hasta llegar frente a mi y me miró de una forma extraña, pensativa, por un segundo sus labios se abrieron como si quisiera expulsar palabras pero esa acción se desvaneció en cuanto su boca volvió a cerrarse.

¡Hey, Garzón!- La voz de Adam hizo que nuestras miradas se enfocaran en el.- Finalmente apareciste.

Sonreí ante su comentario y Calle solo lo miraba, tomé su mano y su atención se posó nuevamente en mi, ella se acercó hasta depositar un pequeño beso en la comisura de mis labios y susurró "te veo en una rato" para luego alejarse caminando.
Adam y yo comenzamos a encaminarnos hacia las instalaciones charlando sobre diversos eventos que habrían.

¿Quieres decir que no has revisado la hoja de festejos?- Cuestionó como si fuese casi una ofensa.

De hecho podría decirte que incluso tengo la ligera sospecha de que esa hoja se perdió.- Sonreí inocentemente y tomé asiento en uno de los pupitres.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora