Deseo.

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>CALLE< (+18)

Dormir a lado de la persona que amas tiene que ser sin duda la mejor sensación existente. Despertar y ver a Poché a un lado mío me hacía inmensamente feliz, su rostro estaba lleno de calma, sin preocupaciones, su pecho tan solo bajaba y subía de una forma relajada. Se veía tan indefensa, pero indefensa en un buen sentido.
Una sonrisa se escapó de mis labios y luego me levanté de la cama con precaución para no despertarla, caminé hasta el baño y decidí lavarme la cara.
Toda la noche anterior había estado llena de emociones disparadas, muchas lágrimas se derramaron y todos nos felicitaban por la hermosa pareja que hacíamos, incluso Blake. Luego de cenar y desearnos feliz navidad, Adam nos invitó a todos a quedarnos en su casa, la mayoría aceptamos a excepción de Kylie, quien dijo que sus padres se preocuparían.

Luego de mojar mi cara, tomé una pequeña toalla que se encontraba en un mueble del baño, existían muchas habitaciones en la casa de Adam, las suficientes para que cada quien durmiera en una habitación.
Al salir del baño me encontré con un pollo de cabellos azules algo adormilado.

Buenos días bella durmiente.- Me acerqué para sentarme a su lado en la orilla de la cama.

Buenos días gorda, ¿llevas mucho tiempo despierta?- Cuestionó mientras frotaba sus ojos y bostezaba.

No amor, casi nada.- Me acerqué y coloqué mis labios sobre los suyos para formar un beso lento, cariñoso.- ¿Tienes hambre?- Pregunté separándonos un poco.

Siento que podría comerte ahora mismo.- Comencé a reír y ella formó un puchero.

Siento que no hablas de comer en la forma que se me antoja...- Le dediqué una sonrisa pícara.- Así que te llevaré por comida y luego cumplirás los deseos de tu novia.

Tomé su mano y comenzamos a caminar al piso de abajo, donde se encontraba el comedor y la cocina, seguramente habrían sobras de la noche anterior y realmente me alegraba ya que la comida había estado en verdad deliciosa.
Al llegar al comedor nos encontramos con Adam, Liz, Vale y Dustin (el hermano menor de Adam).

¡Buenos días!- Saludé mientras abrazaba a Poché por detrás.

Todos sonrieron, Vale seguía charlando con Dustin lo cual (para su desgracia) ameritaba un chiste por parte mío.

Vale, ¿gustas una bolsa para la baba?- Tomé asiento en uno de los lugares disponibles en la mesa y comencé a reír.

Que buen sentido del humor tienes en las mañanas.- Vale entrecerró los ojos y Dustin también comenzó a reír.

Ay Vale, si papá te viera ahora seguramente me mataría a mi.- Habló Poché mientras tomaba platos para servirnos de la comida que se encontraba en el centro de la mesa.

Basta, iremos a un lugar donde no hayan personas con comentarios bobos, vamos Dustin.- Fingió falsa molestia en su tono de voz, tomó al niño de ojos azules y ambos caminaron dentro de la casa hasta perderse en la lejanía.

Poché y yo comenzamos a reír, toda la comida estuvimos haciendo chistes malos sobre la situación y cuando al fin terminamos de comer nos levantamos de la mesa sin darnos cuenta que ahí permanecían Liz y Adam, se habían mantenido hablando entre ellos todo el rato.

Suerte galán.- Poché le guiñó el ojo a Adam y yo solté unas cuantas risas.

¿Ustedes a donde van?- Cuestionó la castaña.

Poché y yo nos dimos una mirada rápida y soltamos una risa nerviosa.- Hay algunas cosas que debo cumplir, son obligaciones de novia.- Respondió mientras me tomaba de la mano y nos dirigíamos a la habitación.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora