Abordar.

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>CALLE<

Amor.

Logré escuchar la voz de Poché entre sueños, mis párpados eran muy pesados y por más que me esforzaba en moverme parecía una tarea difícil, mi cuerpo estaba agotado. Últimamente no habíamos dormido muy bien y levantarme ahora iba ser más imposible que hallar una aguja en un pajar.

Calle, despierta.

Sentí como sacudían mi cuerpo y eso hizo que mis ojos se abrieran solo para encontrarme con la peliazulada, la luz en la habitación era muy escasa y por lo mismo no veía su rostro. Tan solo la silueta de su perfecta nariz con sus labios carnosos.

Gorda ya es tarde, tenemos que ir al aeropuerto.- Poché insistía con el objetivo de que me levantara.

Ya estoy despierta.- Mentí, mis ojos volvieron a cerrarse y mi cuerpo se relajó una vez más sobre la cama.

Ush.- Se quejó.- Mentirosa, ya despiértate.

Solté un gruñido y suspiré. Levantarse temprano era algo horroroso.- Ya.

Ni te pongas brava porque bien sabes que es un viaje que tú organizaste.- La escuché decir y aunque no la veía, podría jurar que me estaba señalando con su dedo índice en forma de acusación.

Me levanté de la cama y prendí las luces de la habitación para así poderme encontrar con esa carita soñolienta, cabellos azules alborotados y ojitos agotados que tanto amaba, Poché era tan tierna al despertar, casi como un bebé de mal genio que necesitaba biberón.

Gorda.- Me acerqué a ella y tomé asiento a su lado en la orilla de la cama.- Te ves preciosa.

Amor no mientas.- Formó un puchero con su labio inferior mientras tallaba uno de sus ojos debido al sueño.- Estoy hecha un desastre.

Un desastre hermoso.- Corregí mientras plantaba un beso corto en sus labios.

Me levanté de la cama y entré a la ducha para quedarme inmóvil bajo el agua caliente que caía sobre mi cuerpo.

¡Gorda, voy a despertar a Vale!- Avisó Poché desde fuera del baño.

Hice un ruido extraño en forma de afirmación y seguí duchándome. Al terminar salí del baño y busque en el ropero ropa cómoda para el viaje, a final de cuentas me decidí por un pantalón de tela gris y una camisa holgada blanca con tenis.
Era muy temprano así que nadie se molestaría en si quiera mirar mi atuendo.
Una vez que estaba vestida y con el cabello cepillado busqué mi celular para enviarle un texto a Kylie, ella también viajaría para solucionar cualquier inconveniente que se diera esa noche.

- ¡Buenos diaaaas!- Texteé.

- ¡Hey Dany banani!- Al leer su respuesta puse los ojos en blanco.

- Sabes que no me gusta que me digas así, gracias :)

- Ya dramática, ¿están en el aeropuerto?-

- Mmm algo así, estamos en un lugar parecido.-

- ¿Parecido? Siguen en su casa, ¿no es así?- No pude evitar sonreír al leer eso, ella me conocía bien.

- Sip, aún no salimos.-

- ¡Ya llévalas! Yo pasaré a comprar el detalle mientras ustedes abordan.-

- Perfecto, comandante :) te veo allá.-

Dejé el celular en el mueble de noche y al girarme Poché estaba observándome muy detenidamente.

Amores pasajeros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora