Amores pasajeros

EPÍLOGO

• Calle • 6 meses después

Las lágrimas ardían en mis ojos, me aferraba a la almohada de mi cama volviendo a repetir cada tortuoso segundo de aquel día, mi llanto no cesaba, tenia la garganta deshecha por gritar y mi aspecto no podía ser más repugnante.
Me levanté del colchón para dirigirme al baño y al mirarme al espejo estaba irreconocible, las ojeras se habían adueñado de gran parte de mi rostro, el color de mi piel era pálido, mis ojos estaban hinchados y tenia los labios partidos, mi cabello era asqueroso, ni hablar de cuanto había bajado de peso.
Volví a tirarme en la cama y de pronto se escucharon golpes en la puerta de mi habitación que permanecía cerrada.

¡Déjenme en paz!- Grité con la voz entrecortada.

De pronto la puerta de madera se abrió permitiéndome contemplar a Kylie, Blake, Connor y Zoé.
Los miré con desprecio y ellos se adentraron en la habitación para sentarse a mi lado en la cama.
El día había amanecido gris, como todos por los últimos meses, el aire era helado mientras comenzaban a escucharse truenos retumbando en el cielo para anunciar una gran tormenta.

Hola Danny.- Saludó Connor con su voz grave mientras tomaba mi mano.

¿Qué es lo que hacen aquí?- Escupí sin cuidado mientras alejaba mi mano de la suya.

Queremos ayudar, sabes que te amam...- Comenzó a hablar Kylie mirándome con lástima.

¿Ayudarme en qué?- La interrumpí.- ¿¡Tienes forma de traerla!? ¿¡Puedes explicarme qué sucedió para no sentirme tan jodida!?

No hay forma de traerla...- Zoé murmuró casi para sus adentros.- Ella... bueno yo... hablé con uno de los chicos del comité escolar y dijo que se había ido de intercambio a otro instituto...

Bufé.- Supe que no regresaría las primas dos semanas que la esperé como estúpida, pero gracias.- Sonreí con falsedad.

Zoé bajó la mirada y todos permanecieron en silencio sin mirarme.- No es su culpa, Calle.- La voz áspera de Blake llegó a mis oídos.

Por supuesto que no.- Reí irónicamente.- No es culpa de nadie.

Si tan solo nos permitieras ayudar...- Me pidió Zoé.

Este tiempo ella comenzó a acercarse demasiado a mi, notó mi ausencia en las clases, en entrenamientos, en todo y comenzó a juntarse con mis amigos para venir a verme.

Quiero que se larguen.- Hablé rudamente con la mirada baja. Nadie articuló palabra, sentí ira recorrer mis venas.- ¡Que se larguen he dicho!

Los cuatro se pusieron de pie pero ninguno se encaminó hacia la salida.

No puedes pasarte tu vida entera llorándole.- Blake me miró como si tratase de descifrarme.- Eso no la hará volver.

Nada la hará volver.- Corregí mirándola con desprecio.

¿Entonces por qué joder tu vida en una habitación vacía?- Cuestionó Connor con un tono molesto ésta vez.

¡Porque mi vida se jodió desde ese día!- Grité mientras me levantaba de golpe de la cama.- ¡Lárguense!

Me mantuve de pie junto a la puerta esperando que se movieran pero nuevamente nada, se limitaron a observarme, las lágrimas seguían rodando por mis mejillas y la garganta me dolía.
Connor me daba una mirada de decepción, permanecía con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón tan solo analizándome.
Kylie reflejaba lástima en sus ojos, lástima por lo que me he convertido, por no actuar como todos quisieran que lo hiciese o como se supone que la gente debe lidiar con el dolor.
Blake me miraba con rabia, rabia por dejarme notar tan débil, por no superar esto de una jodida vez.
Zoé... ella tenía un brillo distinto en sus ojos, parecía tener esperanza, a que algún día yo me levantara y surgiera como una renovada y mejor versión de mi misma.

No nos iremos.- Habló Blake firmemente.

Perfecto.- Dije mientras me encaminaba al ropero en mi habitación.

Tomé una chaqueta y comencé a caminar furiosa fuera de aquel lugar, sin zapatos, en pijama, con el peor aspecto, sintiéndome el ser más insignificante en todo el mundo tomé las llaves de mi coche y salí de mi supuesto hogar.
Aunque para ser sincera, ¿a quién iba a engañar?
Mi hogar se había ido junto con ella, en sus brazos, sus caricias y besos.

¡Daniela!- Alguien gritaba a espaldas mías.

Apresuré el paso y sentía mis pies mojarse debido a que en algún punto que desconozco de la discusión con mis antiguos amigos comenzó a llover, una tormenta imparable. Las gotas caían sobre mí con rudeza, mis pies pisaban la grava causándome punzadas de dolor en las plantas de los mismos, subí a mi auto y lo encendí.
Las lágrimas se habían camuflado con las gotas de lluvia, mi cabello estaba completamente empapado al igual que mi ropa y todo mi cuerpo, desvié la mirada por unos breves instantes hacia la entrada principal de la residencia para encontrarme con Zoé y Connor corriendo con velocidad hacia mi auto. Arranqué y pisé el acelerador con rudeza, el llanto se hacía cada vez más presente mientras salía de ahí, tomé la carretera y me limitaba a golpear con coraje el volante mientras soltaba gritos de dolor.

Odiaba sentirme así, odiaba sentirme incompleta, vacía, destruida, vulnerable, frágil y que todos tuviesen que demostrarme lástima.
La capa de lágrimas cubrió mis ojos y en un instante la fuerza en mi pie se excedió causando que pisara el acelerador con firmeza, sentí la velocidad incrementar y debido al llanto en mis ojos no lograba ver nada.

¡Poché!- Grité ahogadamente para mi misma mientras sus recuerdos aparecían en mi mente.- ¡Te odio!

Las manos comenzaron a temblarme y en un segundo las despegué del volante, mi vista seguía borrosa hasta que una luz intensa se hizo presente frente a mi, el sonido de un claxon me hizo sobresaltarme y todo se volvió oscuro, completamente borroso...

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¡Hola!

Decidí publicar de una el epílogo ya que sé que el final estuvo horrible, incluso a mí me lo parece.

Pero, no podía hacer nada ya que ese final desencadenaba ciertos hechos en la siguiente historia.

Así que, ¿que piensan? ¿Les gustaría un segundo libro?

Que tengas bonita mañana/tarde/noche. 💕

Endless love:

Claus.