Cartas al viento.

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>POCHÉ<

Luego de aquel almuerzo las palabras de Mafe seguían rondando mi cabeza sin intenciones de abandonarla. La mamá de Calle se había comportado realmente comprensiva, amorosa y cariñosa, un aspecto que en definitiva la alejaba de parecerse a Germán.

Tu mami estaría orgullosa de la persona que eres.

Sonreí al recordar esa frase de aliento, la forma en que la señora Calle había logrado calmar mi llanto fue asombrosa, y amaba la idea de que mi mamita en donde sea que esté esta orgullosa de la persona que soy, de la persona que seré y que sepa que siempre me esforzaré por ser mejor.

¿Qué hay en esa cabecita?- Cuestionó Calle mientras entrelazaba nuestros dedos.

Luego del almuerzo decidimos ir a casa para descansar, el vuelo salía mañana y sería largo, estábamos en el sofá de la sala dispuestas a elegir una película pero seguramente la castaña se había dado cuenta que mi mente parecía estar en Júpiter.

Solo en la charla de ésta mañana con Mafe.- Esbocé una sonrisa.- Tu mamá en verdad fue maravillosa, amor.

Ella te amó, dijo que eras una persona que irradiaba felicidad y amor, piensa que el hecho de que esté contigo me ayuda a sentirme mejor.- Me informó con una sonrisa imborrable.

Yo solo sé que contigo me siento bien.- Me acerqué a sus labios lentamente hasta fundirnos en un beso cariñoso que sólo demandaba eso, cariño.

Gorda, ahora debemos elegir la película.- Se separó un poco y depositó un beso corto en mis labios para finalizar.

¿Y si la eliges tú? Yo soy pésima para eso, literalmente me duermo con las películas que yo misma elijo.- Enfaticé la palabra "yo" para que se diera cuenta de la gravedad del asunto.

Ush.- Tomó el control remoto del televisor y abrió la colección de películas.- Tienes razón.

Mientras mirábamos películas que llamaban nuestra atención el celular de Calle comenzó a sonar y ella se disculpó para ir a atenderlo fuera de la casa, honestamente se me hacía un tanto extraño, jamás respondía llamadas lejos de mi o se disculpaba para atender en otro sitio.
Una vez que entró tomó asiento nuevamente en el sofá pero esta vez sin despegar la vista del móvil.

Gorda, ¿no ibas a elegir la película?- Cuestioné aguardando que me prestara atención.

Si amor, solo dame un segundo, hay algo que debo enviar.- Se excusó y luego de unos minutos comenzó nuevamente a elegir la película.

Mi mente seguía recordando las palabras de Mafe, por más que me esforzaba no podía poner atención en la película, a lo largo del desarrollo de la misma me di cuenta que Calle quería preguntarme algo, pero siempre que estaba dispuesta se arrepentía y tan solo continuaba mirando.
Daniela sin duda era la persona más hermosa que había conocido, y no tengo idea del porqué no quise charlar con ella en el baño, sé que confiaría en ella sin dudarlo pero en ese momento algo no me permitió contarle todo, incluyendo mis sentimientos.

Gorda, pregúntalo ya.- Le hice saber que había logrado darme cuenta de su constante arrepentimiento por hablar.

¿Qué fue lo que te dijo mi mamá?- Cuestionó al fin, tomé un respiro hondo y ella bajó la mirada.- Si no quieres decírmelo esta bien, tan solo quiero que te sientas mejor y brilles como siempre lo haces, mi pequeño rayito de sol.

No pienses eso amor, sabes que te tengo mucha confianza.- Centré mi mirada en nuestras manos agarradas y me armé de valor.- Para serte honesta cuando Mafe se quedó a solas conmigo fuera del cubículo no tenía ganas de hablar sobre ese tema, y no lo hice.

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