Cuando Mirlo regresó con los cobertores de autos nos reunimos en un cubículo, Cet y Yun se frotaban las manos para combatir el frío lo que significaba que esa lluvia me hubiera hecho temblar como un terremoto a mí.
Ella les había servido café y el líquido humeaba cálidamente, fuera continuaba diluviando, por dentro Gornis era un caos. Mirlo y yo nos sentamos de un lado del cubículo y ellos del otro, cubriéndose con el cobertor de plástico. Yo raía con mis manos el cuero sintético y rojo del sillón, a la espera de su explicación.
—¿Cómo convenciste a Yunque de que existía la Ciudad de Plata? —pregunté alzando una ceja.
Yun estaba sacudiendo la cabeza para escurrir el agua cuando escuchó su nombre y se paralizó, me observó con ojos temerosos y bien abiertos. Tenía la nariz roja por las alergias a su propio pelo.
—Es papel —explicó rascándose la nariz.
—¿Papel? ¿El niño nuevo? —inquirió Mirlo.
Cet negó con la cabeza.
—¿Qué? No —Sacó la carta debajo de la mesa, la tenía guardad en un folio de plástico para no tocarla, no lo había visto entrar con ella—. El sobre es de plata y el papel dentro no es completamente de plata, lo tocamos...
—¿Qué hicieron qué?
No podía creerlo, ellos sonrieron orgullosamente y me mostraron las manos rojas, parecían que habían caminado con ellas sobre el hielo. Mirlo le agarró los dedos regordetes a Yun y los observó rigurosamente, casi como si odiara la tonalidad irritada de sus yemas:
—Pudiste dejarte una cicatriz, eres alérgico a todo.
—Pero el papel del interior es no sé —Movió sus labios tratando de llegar a una estimación—. Treinta por ciento plata, setenta por ciento papel ¿Entiendes lo que significa?
—Además de encontrarte desnudo un lunes a la madrugada haces cuentas —traté.
—No, que viene de la Ciudad de Plata —explicó mi hermano golpeando con los puños la mesa como si estuviera a punto de presentar una obra de teatro—, piénsalo Hyd. Tu publicación se hizo un día antes en una revista médica y se publicó en el periódico la misma mañana de la noche que recibiste la carta de plata. Lo que significa que tuvieron un día o menos para escribir eso. Nadie puede crear un papel que sea mitad de plata en menos de un día. Ningún licántropo. Es una aleación, como el papel de arroz, pero en este caso papel metálico. Tuvo que haber fundido el metal y luego mezclarlo con esa masa rara que forma el papel y es mucho trabajo para poco tiempo ¿Conclusión?
—¿Estuvieron pensando esto toda la tarde?
—Conclusión —reiteró Yun—. Eso tiene que venir de un lugar donde todo sea de plata, donde alguien se sentó agarró un papel cualquiera, te escribió y envió a un mensajero. Piénsalo, averigüé y estamos en la frontera, muy cerca del País 20. Si tomamos un tren estamos a diez horas de ese pueblo que llaman Suelo Muerto.
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La ciudad de plata
Ficção CientíficaHydra Lerna vive en un mundo muy diferente al tuyo. En la nueva sociedad los humanos se extinguieron y su lugar fue ocupado por licántropos: personas que mutaron y adquirieron nuevas habilidades, similares a las antiguas leyendas de hombres lobo. P...