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** Advertencia ** Drama, sentimientos encontrados y... Nacimiento UwU

< Marco pov >

Era demasiado alarmante. El cuidar a un Omega en pleno parto mientras sientes como pierdes a tu otra mitad y no poder hacer nada. Esto debía parar de alguna manera, debía parar antes de que perdiese a Daniell.

Intenté tranquilizar a Alexander mientras su otra mitad le daba todo su apoyo incondicional, aquello debía de hacer más fácil el proceso. De un momento a otro sentí como el aire me faltaba, como si me asfixiasen, caí al suelo intentando respirar y recuperarme, mi mente solo pensaba en una cosa, en una persona.

Daniell. Él me necesitaba.

Noté la sangre de Alexander y me acerqué a él con desesperación, tomé un poco de su sangre esperando recuperar fuerzas y transmitirselas a mi elegido. Tomé tanta sangre como pude, su sangre era asquerosa pero había logrado fortalecerme un poco.

« Voy por tí, Daniell » Pensé levantándome cansinamente. - Akiraka... Asegúrate de... que ambos sobrevivan - Susurré seriamente para después alejarme de ellos. Tomé un cuchillo que estaba tirado y salí de la casa con sigilo.

Estaba demasiado desesperado, derrepente noté a lo lejos como aquel asqueroso chupa sangre ahorcaba a mi amado. Me acerqué corriendo con la ira dominando mi cuerpo por completo.

- NO TE ATREVAS A METERTE CON ÉL...- Grité abalánzandome sobre él e incrustando aquel cuchillo de cocina en su espalda. Iba a matarlo, sin dudar. Lo tomé del cabello y lo alejé de Daniell, incrustando mis crecientes colmillos en su cuello, sintiendo algo asqueroso.

Aquello...no era sangre, no sangre normal al menos. En un movimiento caí de su espalda sobre Daniell, él estaba demasiado herido y yo molesto.

- Tú...Maldito monstruo - Me puse en posición de ataque, resguardando a Daniell y tomando un cuchillo que había caído.

No me detendría esta vez.

< Daniell pov >

Cuando pensé que todo estaba perdido, incluso despidiéndome en mis pensamientos de Marco, sentí como el peso en mi cuello desaparecía, inhalando desesperadamente mientras comenzaba a toser, oyendo vagamente lo que parecía ser la voz de Marco. Intenté estabilizarme, observando todo de forma borrosa, tosiendo sangre, sentí como un dulce aroma me invadía, percatándome así de que Marco había caído sobre mí. No dudé en envolverlo entre mis brazos, aún respirando agitadamente busqué sus labios para tranquilizarme, y así dejarlo levantarse, incorporándome detrás de él, gruñendo y tomándolo por los hombros para acercarlo a mi cuerpo, mientras Baltazar parecía estar recuperándose de su ataque, con un gruñido de fastidio se arrancó el cuchillo de la espalda, casi a punto de saltar hacia nosotros, mientras cubría a Marco con mis brazos, derrepente, nada intervino, percatandome así de que Baltazar permanecía pasmado frente a nosotros, dejando el cuchillo caer, observando fijamente a Marco, mientras volvía a sonreír amargamente.

— ¿Atacando a tu propio padre, Ash?—tosio intentando acercarse, mientras yo lo acercaba más a mi mostrándole mis colmillos.— vaya, vaya, que mal destino te has propuesto.—me observó con burla, por lo que sólo pude gruñir amenazante.

— Es mejor que estar con una basura como tú. Además de abandonar a mi hermano, abandonaste a tu propio hijo.—escupí con arrogancia, mientras él me escudriñaba con la mirada.— das asco.—le sonreí, mientras podía verlo hervir de rabia.— ¿pero sabes que es lo mejor? Ambos pueden vivir felices sin ti.—ante eso, no dudó en lanzarse sobre mí, y solo pude empujar a Marco lejos de mí para que no salga herido, mientras rodábamos por el suelo, e iniciabamos nuevamente una pelea que no parecía tener fin.

Entre la traición y la lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora