Entre la traición y la lujuria.

54.

< Akiraka pov >

— ¡No, no fue porque te parecías a él!—mencioné dolido.— ¡Pero sí fue por tu sangre, y no me molesta admitirlo! ¡Me volvió completamente loco! ¿de acuerdo?—suspiré.— pero no fué así siempre, no lo es, porque terminé enamorándome de ti, si... Si te hubiera querido sólo por tu sangre, no me hubiera acercado a ti de esta forma, no hubiera soportado todo lo que soporté para tenerte cerca, porque dejé de pensar en ello, y comencé... Comencé a amarte.—lo miré directamente a los ojos, destrozado, podía sentir su dolor.— No, escúchame, ¿Porqué lo descartas de esa forma? Sí, hice mal al recordar esa parte de mi vida cuando estaba contigo pero, fué una época muy dura, que decidí enterrar por tí.—me acerqué hasta que nuestras frentes chocaron, gruñendo por todo el cúmulo de emociones.— lo hice por tí, moriría por tí.

— ¿N-No entiendo?—balbucee, leyendo sus pensamientos.— Tú tampoco entiendes, que sólo quiero protegerte.—cerré los ojos dejando las lágrimas escapar con violencia.— Eres... Eres el único al que amo, Alexander, y si mueres, moriré contigo, si me dejas, te buscaré, si no me quieres... Seguiré intentando.— sentí como secó mis lágrimas e hice lo mismo con las suyas, sintiéndome abatido.

Observé como parecía querer alejarse de mi, pero una sensación de mareos y dolor lo invadió, al igual que a mí, pero ya era demasiado tarde cuando estrechandolo entre mis brazos, sentí como devolvía sus jugos gástricos y todos los alimentos ingeridos en el día, sólo pude apartarme aunque ya nos habíamos ensuciado, acariciando su cabello y sintiendo al igual que él... Náuseas.

— Espera...—le dije en un susurro, acariciando su mejilla y dirigiendome hacia el cuarto de baño de la habitación, buscando unas toallas, pero tuve que estabilizarme contra el lavabo al sentir un fuerte dolor, y un mareo repentino, suspirando y gruñendo de frustración. Sacudí la cabeza, incorporándome para dirigirme hasta mi amado con las toallas, justo en el umbral de la puerta, una silueta y un puñetazo en el rostro junto con un agarre en el cuello me alarmó por completo, forcejeando contra el agarre, pero a causa de mi estado, no tenía demasiada fuerza.

— ¿Creíste que te ibas a ir de rositas luego de haber herido a mi hermano, grandísimo idiota?—oí su gruñido, estaba furioso, pero no me importaba, necesitaba cuidar a Alexander.

— Él... Está mareado, agh...—a penas podía articular palabra a causa de que... Estaba ahorcándome, con ambas manos. Intenté en vano incarle mis uñas y rasguñarlo.— nauseas y... Vómitos.—dije entre su agarre, él me observó confundido, volteando a ver a Alexander por una milésima de segundo, para luego voltear a verme a mí, aún mas furioso e incrementando su agarre.

— ¿Vómitos? ¿Lo envenenaste?—negué con la cabeza, pateando su estómago, pero no parecía querer soltarme.— ¿Lo...? ¡¿Lo has preñado?!—sin previo aviso sentí como unas garras se incrustaban en mi cuello, se estaba pre-transformando frente a mí.  Iba a matarme, lo haría, ¿no?

Sólo pude forcejear con mi última pizca de aliento, mirando hacia Alexander.

«Lo... Siento mi amor.» pensé, apenado.

«No puedo ser suficiente para tí.»

< Alexander pov >

- ¿¡ Entonces porqué !? ¿¡ PORQUÉ !?- Gruñí, esperando una respuesta de su parte. - Tch...No eres el único que se a interesado en mi sangre.- Mencioné molesto y dolido.- ¿ Sabes... cuántas veces e oído eso ? ¿ Cuántas veces e oído esas mentiras ? - Estaba adolorido y decepcionado, notando como se acercaba a mí y juntaba nuestras frentes, lo abracé con fuerza y tristeza, lo amaba demasiado.

- Akiraka... Tú no...- Solo pude oír, sentir y escuchar...Era doloroso. Intenté secar sus lágrimas inútilmente mientras él secaba las mías, dolía Demasiado...sentirlo así.