Love or Pain ?

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Alexander:

Todo era tan tranquilo y pacífico en nuestras vidas, tanto que llegaba a ser exasperante. Alicai era una preciosa bebé, nuestra preciosa bebé. Akiraka había encontrado la forma de pasar más tiempo con nosotros sin que esto afectara demasiado a su trabajo por lo que nuestra familia funcionaba perfectamente pero aún así era demasiado...normal, normal y casi sin emoción. Supongo que así de monótona era la vida del ser humano. Suspiré, dejando a mi pequeña descansar en su cuna mientras tarareaba una canción. Akiraka estaba durmiendo en la habitación ya que había llegado exausto a casa y lo obligué a dormir una siesta, él siempre preocupándose por nosotros y no deja que nos preocupemos por él.

Sonreí al pensar en eso, recordando la primera vez que sentí que realmente él se había preocupado por mí. Aquella también había sido la primera vez que había estado en el bosque con alguien.

** Flashback **

Había pasado bastante tiempo, todo había sido demasiado molesto, convivir con humanos, ocultar nuestro secreto y...Ser siempre tan vigilado ya fuese por mi hermano o por aquel amigo suyo era un asco. No tenía libertad ni mi vida, ¿ Porqué ? Sólo por una desición que no había terminado bien para nadie, ni para Daniell ni para mí.

Gruñí molesto, notando la mirada de Daniell sobre mí y la de su amigo también, estábamos cenando "tranquilamente", el ambiente era sofocante. Daniell y Akiraka parecían hablar de cualquier cosa mientras yo me concentraba en comer rápidamente para luego irme del lugar, era incómodo estar en aquella situación. Tras terminar me levanté y tomé mis cosas, recibiendo una mirada de mi hermano.

- Me voy a mi habitación, no hagáis mucho ruido - Hablé sonriendo, provocando que mi hermano se levantase y acercase a mí.- ¿ Acaso e dicho algo malo, Daniell ? - Lo observé con seriedad mientras él me recorría con la mirada para después tomar mi muñeca y subir mi manga, descubriendo mis múltiples cortadas y heridas, resaltando una mordida.

Mierda, estaba perdido.

Akiraka:

[FlashBack]

Me encontraba en la casa de Daniell y su hermanito, mientras ellos comían con tranquilidad y yo bebía un vaso de agua. Obvio era el porqué, Daniell nunca sospechaba cuando le decía que ya había comido, aunque de vez en cuando probaba su comida para no ser tan sospechoso, no sabía mal, pero no era mi fuerte.

Estuve en todo ese tiempo observando discretamente al pelinegro, no había logrado intercambiar mucha palabra con él, pero parecía ya aceptarme en su entorno, a pesar de que siempre me lanzaba una mirada despectiva, sabía que le afectaba ya que podía sentir su aura nerviosa al presenciarme.

Quise inventar una excusa para subir hasta arriba, hasta que noté como Daniell tomaba la muñeca de su hermano, y descubría así varias marcas, entre ellas, una mordida, que yo sabía perfectamente como se ocasionaba, pero me parecía extraño, demasiado extraño.

— ¿Qué demonios has estado haciendo?—le vociferó iracundo, sosteniendo con fuerza su muñeca.— ¿Crees que esta es la solución de haber dejado que ese imbécil te marque? ¡Sigue siendo un maldito error!—no había visto a Daniell así antes, por lo que me levanté y coloqué mi mano en su hombro. Pareció relajarse ante mi toque, dejando la muñeca de Alexander libre.

— No vuelvas a hacer eso o tiraré todas tus navajas.—le amenazó apuntándolo con el dedo. No supe que decir por lo que sólo desvíe la mirada, seguramente el ambiente siendo más incómodo por mi presencia.

Alexander:

Mierda. Estaba muerto, sin duda estaba muerto...No estaba de humor para hacer de sumiso o intentar apaciguar la ira de mi hermano. No cuando yo me encontraba tan o más enojado que él.

Entre la traición y la lujuria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora