< Akiraka pov >
Me encontraba caminando por la casi desolada calle, tarareando una melodía que mi cerebro había procesado unos segundos antes, para hacer lo que normalmente se decía "pasar el rato".
Claro, sólo estaba haciendo tiempo para que mi objetivo se despejara, una de las tantas cafeterías de la avenida la cual era bastante concurrida, incluso hasta unas cuantas horas de la noche. El servicio era bastante bueno, y el lugar acogedor.
Pero no precisamente por eso era uno de mis objetivos. Más bien, por algo más... Especial.
Y pequeño, sí.
Sonreí para mi mismo, cuando vi a la última persona que había visto entrar anteriormente, salir del establecimiento. Fue cuándo supe que era mi hora de presentarme.
Caminé a paso moderado, con las manos en los bolsillos de mi larga gabardina negra, casi llegaba hasta el suelo, era una de mis favoritas.
Supe que llegué justo a tiempo, cuando una pequeña mano se disponía en cerrar la puerta principal de entrada, y me topé con ella en ese mismo instante, colocando la mía sobre la misma, evitando que cerrara, y así captando la vista de sus suponía atemorizados ojos.
— ¿Otra vez trabajando solo hasta tarde? Me parece que te gusta que venga a vigilarte.–le dije de forma pausada, colocando una sonrisa en mi rostro, empujando un poco la puerta para avanzar hacia adentro, aún con su mano debajo de la mía. Finalmente la retiré, para cerrar el establecimiento, y girar hacia esa pequeña presencia, debido a mi considerable altura, siempre tenía que estar inclinando un poco la cabeza hacia abajo para mirarlo.
< Alexander pov. >
- Sabes que necesito el dinero y no , no necesito que me vigiles , gracias - murmuré algo molesto al notar aquel típico gesto suyo, el agacharse para poder oirme. Este chico realmente era... bueno, era él y con eso digo mucho.
Me alejé de él un poco estresado y me dirigí a una mesa vacía donde le indique que se sentase ya que obviamente no se iría del lugar.
- ¿ Entonces...desea ordenar algo ?- pregunté con mi habitual tono de servicio mientras sacaba una pequeña libreta y un boli.
< Akiraka pov >
Solté una risita ronca, y me acomodé de forma fugaz en el asiento, colocando mis manos entrelazadas sobre la mesa, para apoyar mi barbilla sobre ésta y observarlo fijamente.
— Quisiera un café sin azúcar, y que un chico llamado Alexander se quede conmigo en la mesa, ya lo echo de menos, ¿Sabes?–le dije, haciendo un puchero con los labios, y luego acomodándome de nuevo con una sonrisa burlona ante su futura mueca o protesta.
— Si dejaras que me ocupe de ti, el dinero no sería problema.–le dije en un susurro, ladeando un poco la cabeza, escaneando su pequeño cuerpo de arriba a abajo cuando se volteó en una ocasión.
< Alexander pov >
- Lo siento pero los meseros no podemos acompañar a los clientes , a menos que fuese un servicio especial - Contesté intentando seguirle el juego manteniendo mi tono de servicio, sabía perfectamente que si ocasionaba un disturbio podían echarme y ahí quedarían mis meses de trabajo , eso era algo a lo que no me quería arriesgar.
Iba a irme cuando escuché lo último que pareció decir, sentí un inevitable calor en las mejillas y el como me temblaban levemente las piernas...Demonios, no es momento para distraerme mucho menos con los juegos de este idiota.- Gracias por la oferta pero no me atrae la idea de ser un mantenido - murmuré para después ir a conseguir su orden .
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Entre la traición y la lujuria.
FantastiqueLa brisa resonaba en sus oídos. Tranquilo. Sereno. Muchos sinónimos que parecían encajar de la misma forma en cuanto a la forma en la que podía describir el ambiente. Se sentía bien. Respiró el aire, con esa sensación de paz en su interior, mientr...